JOSÉ MARÍA MIRÓ,
presidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica(SEIMC)
| viernes, 12 de septiembre de 2014 h |

El final de las vacaciones nos devuelve a nuestras ocupaciones, los políticos retoman su agenda y se reinicia la actividad, que parece interrumpida durante el verano. Sin embargo, este mes de agosto, el Ministerio de Sanidad ha aprobado el Real Decreto de Troncalidad (RDT), desoyendo a los profesionales, a Europa y a los pacientes. Con esta norma se configura la especialidad de Enfermedades Infecciosas como un área de Capacitación Específica (ACE) y se incluye Microbiología en el tronco denominado “Laboratorio y Diagnóstico Clínico”. Esto implica que no habrá especialistas en Enfermedades Infecciosas y se creará una Microbiología Clínica troncal diluida en sus competencias, lo que supone para España un retroceso al nivel de los años 60 del siglo pasado.

Desde la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), hemos hecho un gran esfuerzo -basado en la evidencia científica y en informes técnicos- para frenar una medida regresiva que deteriorará la atención especializada de los pacientes con enfermedades infecciosas. La aplicación de este decreto comportará una mayor mortalidad y gasto sanitario; nos situará a la cola de Europa, echando a perder el gran esfuerzo realizado durante los últimos 50 años; e impedirá al mismo tiempo la libre circulación de los profesionales en la Unión Europea.

No somos los únicos que vemos la realidad: otras sociedades médicas y asociaciones de pacientes se han sumado a estas reivindicaciones. Así lo demuestra el manifiesto firmado el 8 de julio por ocho sociedades científicas, la asociación estatal de estudiantes de medicina y seis asociaciones de pacientes en contra del RDT.

Me gustaría destacar que, aunque de alguna forma se percibe que esta es una lucha de los profesionales y para los profesionales, nada más lejos de la realidad. La aplicación del RDT supone principalmente un grave perjuicio para los pacientes, y además, el SNS difícilmente podrá soportar la inviable complejidad organizativa que supone el periodo troncal (sin un objetivo final formativo que supere al actual) ni el impacto económico en su ya debilitado presupuesto.

En lo que respecta a la especialidad de Enfermedades Infecciosas, la infectología moderna se ocupa de una serie de patologías que precisan de un abordaje muy especializado, por lo que la normativa Europea recomienda una formación de, al menos, cuatro años de duración. Ello es debido a que los facultativos deben formarse en el VIH/Sida y otras enfermedades de transmisión sexual, infecciones hospitalarias, infecciones en pacientes trasplantados y otros tipos de inmunodeprimidos, infecciones tropicales importadas, infecciones en la comunidad, tratamiento de infecciones por microorganismos multirresistentes y el uso adecuado de los antimicrobianos. No hace falta ser un experto para percibir que cualquiera de estas áreas de la infectología tendría por sí misma entidad suficiente para ser considerada un área de capacitación específica, a partir de una formación en la “especialidad de enfermedades infecciosas”. En estos días, en los que estamos viviendo una crisis de salud como la del Ebola, se hace aún más visible la figura clave del infectólogo como especialista.

De la misma forma, hemos manifestado nuestro rechazo a la inclusión de Microbiología Clínica en el tronco denominado “Laboratorio y Diagnóstico Clínico”. Para el especialista en Microbiología, la homogeneización de la formación troncal común implicará que los conocimientos y habilidades serán sustancialmente menores en relación al modelo actual. Cuando esto sea evidente se tendrán que imponer medidas correctoras de elevado coste para el SNS y para los residentes, como alargar el período de formación específica para compensar el período de dos años dedicado a una formación troncal de dudoso contenido. El área de conocimiento de Microbiología no posee competencias comunes ni transversales y tiene muy pocos puntos en común con el de las demás disciplinas que se han integrado en el tronco de Laboratorio y Diagnóstico Clínico: análisis, genética, inmunología y bioquímica.

Por todo ello, desde la SEIMC impugnaremos el Real Decreto de Troncalidad y no cesaremos en nuestro empeño para tratar de evitar las consecuencias de una medida que, si finalmente se implanta, causará un irreversible empeoramiento de la calidad asistencial a los pacientes del SNS español.