Gaceta Médica Madrid | jueves, 20 de febrero de 2014 h |

El estudio COU-AA-302, publicado por el New England Jorunal of Medicine (NEJM) ha demostrado la capacidad del acetato de abiraterona para retrasar diez meses el inicio de la quimioterapia en pacientes con cáncer de próstata metastásico resistente a castración (CPRCm). Esta ha sido una de las conclusiones presentadas por el doctor Javier Puente, del Servicio Oncología Médica de Hospital Clínico San Carlos de Madrid, durante el 24º Simposio de Revisiones en Cáncer, celebrado hace unos días en Madrid. El especialista destacó también el incremento, al doble de tiempo, de la supervivencia libre de progresión radiológica, pasando de 8,2 meses en el grupo con placebo a 16,5 en el grupo con abiraterona.

Según explicó Puente, “en el estudio se comparó abiraterona y prednisona con placebo y prednisona, en un total de 1088 pacientes con CPRCm, con sintomatología leve o asintomáticos y que no habían recibido tratamiento quimioterápico previo”, con el fin de determinar el grado de progresión de la enfermedad atendiendo, además de al tiempo de supervivencia libre de progresión radiológica como objetivo principal, a otras variables como el tiempo hasta el inicio del tratamiento quimioterápico, el tiempo hasta el deterioro del estado ECOG, o el tiempo hasta la progresión de los niveles de PSA.

Así, el tiempo hasta el aumento de los niveles de PSA se duplicó con abiraterona, llegando a los 11,1meses, frente a los 5,6 con prednisona, mientras que el tiempo el inicio de la quimioterapia se estableció en 9,7 meses más que con el tratamiento con prednisona, pasando de 16,8 a 26,5 meses. Para Javier Cassinello, Jefe de Servicio de Oncología Médica Hospital Universitario de Guadalajara, y moderador de la mesa en la que se presentaron los resultados del estudio COU-AA-302, “estamos ante una buena noticia, ya que si pensamos que la quimioterapia es tóxica y tiene algunos efectos secundarios graves, todo lo que sea aumentar ese lapso de tiempo sin quimioterapia proporciona al paciente una mejora en la calidad de vida”.

Ante estos resultados, Puente aseguró que “nos encontramos ante un futuro muy prometedor, ya que el profundo conocimiento de la biología tumoral del cáncer de próstata nos permitirá el desarrollo de terapias cada vez más activas. Debemos ser conscientes del enorme esfuerzo que se ha llevado a cabo en esta patología en los últimos años y que continúa en la actualidad. Gracias a ello, vamos ampliando el arsenal terapéutico de esta enfermedad, siendo una de las pocas en las que cada uno de los fármacos impacta positivamente en supervivencia”.

A los aspectos puramente científicos, se sumaron otros de carácter cualitativo, relacionados con el abordaje multidisciplinar de la enfermedad. Los asistentes al simposio coincidieron en la importancia de incluir a todas las especialidades en el manejo de esta patología. En este sentido, Cassinello defendió que es crucial para el correcto abordaje de la enfermedad que participen por igual y desde el principio urólogos, oncólogos médicos y oncólogos radioterápicos. Según el especialista, el cáncer de próstata es una patología para la que existen terapias cada vez más eficaces en cada una de sus fases, por lo que la implicación de todos los especialistas involucrados en cada una de esas etapas “es imprescindible, fundamental e ineludible, de cara a plantear estrategias de abordaje realmente eficaces”.