A. L. S. Madrid | viernes, 26 de febrero de 2016 h |

Pregunta. ¿Cómo es la colaboración entre oncólogos y farmacéuticos de hospital?

Respuesta. Actualmente tenemos un problema de costes y de sostenibilidad del que no nos podemos alejar. Todos queremos lo mejor para nuestros pacientes pero hay un tema económico. La incorporación de los nuevos fármacos y la previsión de lo que viene hace que tengamos que trabajar de la mano con farmacia hospitalaria. Los oncólogos estamos acostumbrados al trabajo multidisciplinar. En farmacia hospitalaria nuestro reto será también el trabajo conjunto, pero es cierto que esta figura está cada vez más implicada en la clínica, cada vez tienen más contacto con los pacientes. Esa línea roja que teníamos entre profesionales se está acabando.

P. Ante las nuevas perspectivas de tratamiento, ¿es necesario cambiar la concepción actual de los ensayos clínicos para no dificultar el acceso?

R. Es necesario un cambio en la concepción del diseño de ensayos clínicos y de la investigación clínica. Antes el ensayo al uso era estudiar un mismo tipo de tumor, en un mismo estadio, en un grupo de pacientes lo más homogéneo posible, con unas determinadas características y utilizar un fármaco, comparándolo con el fármaco estándar que se utilizaba hasta el momento.

Ahora vemos ensayos totalmente diferentes. Se estudian diferentes tipos de tumores a los que une una misma alteración molecular y no un mismo tipo de tumor, incluso a veces se necesitan grupos muy amplios de pacientes para obtener una conclusión.

P. ¿Cómo influye en esto la irrupción de la inmunoterapia?

R. Hay que incorporar modelos de medir las respuestas diferentes. Con la inmunoterapia vemos que lo que estábamos utilizando hasta ahora no vale porque hay momentos en los que el paciente no reacciona de un mismo modo. Por ello hay que cambiar muchos de los conceptos establecidos en investigación clínica. Ya desde la fase I ha habido un cambio radical, ya no se hacen dirigidos a grupos de pacientes con unas determinadas alteraciones moleculares y a partir de aquí, en adelante.

P. ¿Cómo se pueden evaluar lo que aporta un fármaco innovador? ¿Qué le parecen los sistemas establecidos por ESMO y ASCO?

R. Es un tema que nos preocupa a todos en los últimos años. Hasta ahora sólo medíamos eficacia y seguridad pero hay que incluir también variables como precio, valor y coste. Sociedades científicas como ESMO y ASCO se han planteado que hay que buscar también qué valor se está aportando. Aún estamos con muchos interrogantes sobre cómo medirlo. Es complejo pero lo ideal sería llegar a modelos únicos donde al menos estén unificados. Si cada uno busca su forma de evaluar, en un futuro tendremos información diferente y más problemas de equidad. Nos tenemos que sumar a estas iniciativas.

P. Desde la SEOM, ¿se van a adaptar los premisas de estas sociedades?

R. Estamos valorándolo. Posiblemente serán más cercanas las recomendaciones de ESMO que las de ASCO porque estos últimos hablan de toxicidad financiera del paciente como individuo y nosotros tenemos otro modelo sanitario. Tenemos mucho que hacer en la colaboración con otras sociedades científicas.

P. La SEOM tiene claro que hay problemas de equidad y así lo demuestran las encuestas a los oncólogos…

R. La encuesta denota, sin ir a número exacto por comunidades autónomas, hospital o fármacos, el sentir de la oncología española de que hay dificultades en el acceso a los fármacos. Las hay y además están identificadas. No queremos ser alarmistas pero sí que tenemos que ser consecuentes para intentar que esto mejore. El ministerio publica un IPT único que debería ser el que se utilice, pero esta no es la realidad. Algo no funciona, o hay que cambiar el informe o hay que hacer una lectura crítica de nosotros mismos, no hay que caer en la complacencia del ‘qué bien funcionamos’. La variabilidad clínica es algo innato en todas las especialidades. Existe y existirá porque el acto médico es individual, pero la variabilidad y la inequidad son dos cosas muy diferentes.

P. ¿Qué valoración hacen de los IPTs?

R. Es una herramienta pero hay que ver sus posibilidades. Está claro que entre el IPT y el médico y el paciente hay un camino largo en tiempo y en barreras. No podemos dejar al médico ser el último eslabón con el paciente delante y con un IPT positivo tener que explicarle que en esa comunidad han decidido que no se administra un fármaco por algún criterio diferente al de la comunidad de al lado.

Entre el IPT y el médico y el paciente hay un camino largo en tiempo y barreras”

La variabilidad es algo innato en todas las especialidades, pero es algo muy diferente
a la inequidad”