Almudena Fernández Madrid | martes, 17 de noviembre de 2015 h |

En contraposición con lo que recomiendan la mayoría de las guías clínicas por el margen terapéutico que tienen estos fármacos, el 47 por ciento de las madres alternan ibuprofeno y paracetamol en los procesos febriles de sus hijos, en la mayor parte de los casos, por recomendación del pediatra de atención primaria. Así lo aseguró Venancio Martínez, presidente de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (Sepeap), durante la presentación del ‘Barómetro de la tranquilidad’, una encuesta elaborada por la propia Sepeap con el apoyo de Mylan mediante la que se entrevistó a 1.003 madres contando con parte de la muestra de todas las comunidades autónomas.

En esta línea, Martínez abogó por mejorar la formación de estos profesionales para que conozcan mejor las guías y aconsejen a sus pacientes el uso de un solo antitérmico.

De hecho, el comportamiento en este sentido de madres primerizas se adapta más a las guías internacionales que el de las madres experimentadas encuestadas —que tienen dos o más hijos, el último de ellos con menos de cinco años— lo que, a juicio del presidente de Sepeap, puede deberse a que las primerizas son más jóvenes, viven más habitualmente en zonas construidas recientemente y, en consecuencia, los pediatras que las atienden son también más jóvenes y están más al día de las últimas recomendaciones.

En cuanto a la relación de las madres con el pediatra de sus hijos, el barómetro recoge que, ante los problemas de salud de los niños, el 88 por ciento confía sobre todo en este profesional y el 58 por ciento de las familias acuden a consulta tras esperar 24 horas desde los primeros síntomas.

Lo que más valoran las madres primerizas de su contacto con el pediatra es que las explicaciones sean detalladas y sencillas —97,4 por ciento—, mientras que las experimentadas, que sean claros en sus exposiciones —98,6—. Sin embargo, tal y como lamentó Martínez, solo disponen de cinco minutos por paciente, tiempo totalmente insuficiente para abordar el problema por el que acude la persona, ver si hay algún otro problema enmascarado y analizar los hábitos familiares para comprobar si son saludables.

Respecto a la búsqueda de información en internet, apuntó a que en ocasiones las familias llegan con datos pero, aún así, cumplen la prescripción del médico. Eso sí, alertó de que los movimientos antivacunas tienen “mucha fuerza” y dejarse llevar por ellos tiene consecuencias muy importantes.