carmen m. lópez Madrid | viernes, 05 de diciembre de 2014 h |

Con la gestión clínica en boca de todos los profesionales y el debate abierto sobre quién la lidera, el sistema sanitario se enfrenta a un decreto estancado a la espera de que el nuevo ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, lo retome en el próximo Consejo Interterritorial. Paralelamente, el colectivo de enfermería, con sus negociaciones en standby desde hace meses, continúan reclamando su papel en esta nueva organización de la gestión.

En este marco, algunas comunidades autónomas siguen en su apuesta por desarrollar la gestión clínica, algunas con amplia experiencia y otras a punto de comenzar su desarrollo. La última ha sido Castilla y León con la aprobación de su decreto.

Aunque el texto de Sacyl no ha esperado al decreto nacional poco se diferencia del documento del Foro, al menos en algunos puntos fundamentales. El texto castellanoleonés incide en la corresponsabilidad de los profesionales en la gestión de los recursos y la descentralización de la gestión, orientando la actividad hacia los resultados en salud, la utilización de los recursos y la mayor eficacia como ejes de esta normativa. De esta manera, el decreto refuerza cuatro de sus componentes principales; la naturaleza jurídica pública de las unidades de gestión clínica; su funcionamiento de acuerdo con las normas de los hospitales y de la atención primaria; el mantenimiento de los profesionales como trabajadores públicos; y la voluntariedad para formar parte de estas unidades.

Como ya adelantó el consejero, Antonio María Sáez Aguado, hace unos meses, esta fórmula permite una implantación evolutiva y flexible que deberá adaptarse a las necesidades asistenciales que han de definir los profesionales con un proyecto de cuatro años de duración que incluirá la actividad asistencial prevista.

Asimismo, los profesionales que pasen a conformar una unidad de gestión clínica seguirán manteniendo la misma relación jurídica administrativa de vinculación con la Gerencia Regional de Salud de forma que el personal seguirá en la misma situación administrativa. Además, mantendrán sus funciones correspondientes a su categoría profesional y propias de la plaza que ocupan, si bien en el marco de una estructura organizativa basada en el principio de autogestión.

Las enfermeras exigen su papel

Sin embargo, esta teoría no ha calado en todos los colectivos. En este caso, los enfermeros no ven su lugar dentro de la gestión. Para el Sindicato de Enfermería de la Castilla y León (Satse), el nuevo marco normativo impide el desarrollo profesional de la enfermería. De este modo, la organización considera que no se da capacidad de gestión a los profesionales en esta nueva fórmula organizativa impidiendo el desarrollo de la profesión y dejando dicha gestión exclusivamente en manos de los médicos.

Gestión compartida

Precisamente la modernización del sistema pasa por la implementación de una gestión horizontal que ponga fin a los niveles asistenciales y para ello, enfermería juega un papel fundamental. Así se recogió durante la Jornada ‘Gestión Clínica y Cuidados’, organizada por el Consejo General de Enfermería, la Escuela de Ciencia de la Salud de la organización Colegial de Enfemería y el Colegio Gallego de Salud. Para Elvira Velasco Morilla, directora de enfermería del Complejo Asistencial de Salamanca, el nuevo rol del colectivo pasa por gestionar la continuidad asistencial, algo que espera que Castilla y León lleve a cabo. De hecho, la experiencia en UGC en Sacyl no es nueva, ya que desde hace tiempo tienen incorporadas unidades en dos hospitales. Para la enfermera este decreto permite unificar los criterios y poder actuar de forma homogénea. A pesar de que es consciente de que el texto nacional está próximo a ver la luz, considera que la Junta ha puesto la primera piedra para desarrollar su modelo y “cuando se apruebe el nuevo marco, se adaptarán a él”, incidió Morilla.

Por su parte, Pilar Fernández, vicepresidenta del Consejo General de Enfermería, indica que el colectivo dispone de una buena regulación profesional, ya que en poco tiempo la enfermería ha pasado de ser un oficio sin regular a una carrera profesional, sin embargo, “es necesario consolidar un avance en la gestión y el liderazgo enfermero”, precisó, al tiempo que aseguró que desde el CGE seguirán defendiendo el papel del colectivo en la gestión clínica y en su trabajo diario en la gestión de cuidados y en la búsqueda de excelencia en la calidad asistencial.

Galicia está inmersa en el ámbito de la gestión clínica. Así lo asegura la subdirectora de Procesos de Enfermería de la Estructura de Gestión Integrada del Área de Orense, Montserrat Souto, quien considera que la Junta está trabajando en la unificación de la gerencia hospitalaria y la gerencia de atención primaria en una única. El objetivo es gestionar procesos para poder ofrecer al paciente una atención integral. De este modo, la implicación de enfermería es total, no sólo en la gestión de cuidados sino en la gestión de la organización. De este modo, el Sergas apuesta por reforzar el rol de enfermería en la promoción y la prevención en la gestión de casos de crónicos y en la atención global de los pacientes.