gaceta médica Madrid | viernes, 13 de febrero de 2015 h |

Tras la reciente presentación de los primeros resultados del estudio Caremi, que evalúa clínicamente el uso de células multipotentes cardiacas (CMC) aisladas del corazón de donantes para el tratamiento del infarto agudo de miocardio, Antonio Bernard, profesor de investigación del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC y coordinador de este proyecto europeo, ha anunciado el inicio de la segunda fase del estudio, que incluirá a 49 pacientes que se sumarán a los seis ya tratados. Hasta la fecha, destaca Bernard, no se ha producido “ningún tipo de incidente”.

La iniciativa Caremi ha desarrollado durante los últimos cinco años una nueva aproximación para limitar el daño tisular provocado por el infarto, basada en la activación de los mecanismos naturales de reparación que posee nuestro corazón en respuesta a diversos daños. El proyecto, coordinado desde el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), está financiado por la Comisión Europea con un presupuesto total de 11,3 millones de dólares, de los cuales más de tres millones se han invertido en el desarrollo del ensayo clínico, objetivo central proyecto.

El producto desarrollado son CMC alogénicas, procedentes de donante, que se administran por vía intracoronaria de forma sencilla y segura. Mediante este esquema operativo es posible tener validados lotes de CMC a disposición del equipo médico, para su utilización en el momento en el que pueda tener una mayor eficacia terapéutica. Los resultados preclínicos indican que la administración de CMC durante la primera semana tras el infarto, cuando la situación clínica se ha estabilizado, promueve una importante regeneración cardiaca.

En paralelo, el consorcio Caremi está desarrollando terapias complementarias, entre las cuales se encuentra el desarrollo de micropartículas que, tras cargarlas con factores con actividad terapéutica, permitan actuar sobre el lecho cardiaco mejorando su evolución.