José A. Rodríguez Barcelona | viernes, 13 de mayo de 2016 h |

Científicos del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC) han descubierto que la proteína Chd4 desempeña un papel fundamental para mantener la homeostasis y la identidad de los tejidos musculares estriados del corazón y el músculo esquelético. Las conclusiones de este trabajo, realizado en colaboración con varios centros, como la Universidad Autónoma de Madrid, la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona o el Max Planck alemán, se han publicado en la revista Cell Metabolism.

El corazón y el músculo esquelético son músculos estriados que, a pesar de su diferente origen embrionario, presentan una estructura contráctil muy similar. Esta estructura es el sarcómero, responsable de los movimientos de contracción y de relajación de los citados músculos. A pesar de que las similitudes del sarcómero en el corazón y el músculo esquelético, las proteínas que se expresan en uno y otro son diferentes.

Como explica Pablo Gómez del Arco, primer autor del estudio, los expertos han descubierto que “cuanto se depleciona la proteína Chd4 en el músculo cardíaco en ratones , se expresan en éste las proteínas propias del sarcómero del músculo esquelético. Y viceversa, cuando se depleciona en el esquelético, se expresan proteínas propias del músculo cardíaco”. Un hecho que ocasiona que los ratones mueran de forma súbita por miocardiopatías graves acompañadas por arritmias malignas o que sufran problemas parecidos a las miopatías humanas. Por tanto, esta proteína podría ser clave en las citadas patologías.

Gómez del Arco comenta que esta proteína es un remodelador de la cromatina. “Se encarga de silenciar, en el núcleo celular, los genes que no se deben expresar en un tejido en concreto”, señala. Más en concreto, la proteína Chd4 forma parte del complejo NuRD, que silencia en el corazón la expresión del programa esquelético y del cardiaco en el músculo esquelético. Cuando no se expresa bien esta proteína, se forma un músculo estriado “híbrido” tanto en el corazón como en el sistema esquelético, que expresan de este modo proteínas contráctiles de ambos músculos.

Otra de las derivadas del estudio es que la proteína Chd4 mantiene el metabolismo de las células del músculo cardíaco y el esquelético, “porque participa en el control de la expresión de las proteínas mitocondriales”, añade Gómez del Arco.