Esther Martín del Campo, RSC | viernes, 05 de septiembre de 2014 h |

La gestión ambiental ocupa un papel fundamental en los programas de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) del Hospital Galdakao-Usansolo. El proyecto del centro se plasma, tal y como explica su director gerente, Joan Guajardo, en varias líneas de actuación que van desde la mejora de la gestión ambiental a la reducción de residuos, de consumo eléctrico y de agua y también de emisiones de dióxido de carbono. Es precisamente por este último frente por el que el hospital, que desde enero forma parte de una organización sanitaria integrada, se ha convertido en un referente en el servicio de salud vasco, Osakidetza.

“Intentamos trabajar para mejorar la salud de los ciudadanos y proteger el medio ambiente es invertir en su salud”, asegura el gerente, que admite que, aunque esta preocupación por el impacto ambiental de la actividad sanitaria no es una prioridad ni para los profesionales del centro ni para los pacientes, la cultura va “calando” y ha logrado su implicación.

Para Alberto Arriaran, jefe de mantenimiento del hospital y coordinador del proyecto europeo RES-Hospitals —cuyo objetivo es reducir las emisiones de CO2 producidos por los 15.000 hospitales europeos, cerca de 800 en España—, el mensaje ha llegado a los sanitarios de Galdakao. “Quizá sea porque estamos en un entorno verde, o porque el personal es muy joven”, apunta, reconociendo la demanda de los profesionales en este sentido, a pesar de las críticas de sus detractores, que les acusan de moverse por modas, aunque la trayectoria del centro, defiende, es mucho más que eso.

Referente en energía

El responsable del proyecto europeo destaca la voluntad de Osakidetza de convertirse en un referente en el ámbito medioambiental y, por extensión, energético. Junto a otros, su hospital es una de las “puntas de lanza” de la apuesta de este servicio de salud, que ha definido una política de sostenibilidad ambiental y ha creado grupos de trabajo con el objetivo de encaminar su futuro en esta dirección, asegura.

La difusión en el servicio vasco de salud de la publicación en línea de la ‘Guía de energías renovables para hospitales europeos’, que puede descargarse de forma gratuita en la web www.res-hospitals.eu, es una de sus últimas actuaciones. Una herramienta que aspira a ser un referente de buenas prácticas en energías renovables para otros centros, obligados a cumplir los objetivos europeos para 2020. Para entonces, recuerda Arriaran, se deberá lograr la reducción de emisiones del 21 por ciento con respecto a las de 2005, generar al menos un 20 por ciento de la energía consumida con fuentes renovables y reducir el consumo energético en un 20 por ciento con respecto a los datos de 2009, que, a día de hoy, según sus cálculos supondría reducir hasta un 40 por ciento el consumo energético actual.

El coordinador nacional de esta iniciativa recuerda que un hospital de las dimensiones de Galdakao emite al año alrededor de 8.000 toneladas de CO2, la misma cantidad que una ciudad de 20.000 habitantes, explica. De ahí la importancia de la apuesta en este hospital, que prevé alcanzar a medio plazo cotas superiores al 50 por ciento de producción energética con energías renovables. Entre otras iniciativas, desde 2008 el centro cuenta con placas solares fotovoltaicas que ocupan una superficie de 600 metros cuadrados, junto con la instalación de trigeneración, que es el objeto de uno de los proyectos piloto que forman parte de este proyecto europeo, en el que también se exponen experiencias con biomasa en el Hospital Gorliz, entre otras.

Por su parte, Arriaran recalca que la aplicación de políticas de energía en el servicio de salud vasco en energías renovables es “imparable”, con nuevos proyectos de geotermia a la vista. Son inversiones a corto plazo, matiza el director gerente de Galdakao, que a largo plazo aportan también eficiencia y ahorro.

El servicio vasco de salud no es el único que ha puesto la eficiencia energética en el punto de mira. Algunos centros madrileños, como el Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares, también esperan reducir su consumo y, por extensión, su factura en los próximos años, sumándose al Plan de Eficiencia Energética diseñado y desarrollado por la Dirección General de Gestión Económica del Servicio Madrileño de Salud, del que forman parte media docena de hospitales. La fórmula escogida supone la externalización de la gestión energética. El centro prevé un ahorro de 12,5 millones de euros en su factura energética y espera reducir los contaminantes en un 26 por ciento en diez años y su consumo energético al menos un 15 por ciento.