Lucía Barrera Enviada especial a Orlando | viernes, 11 de diciembre de 2015 h |

El mieloma múltiple (MM) fue uno de los grandes protagonistas del 57 Congreso Anual de la Sociedad Americana de Hematología (ASH) celebrado en Orlando. Cada año se amplía más el arsenal terapéutico de esta patología, como prueba el hecho de que en el último mes la FDA haya aprobado tres nuevos fármacos. Para Mariví Mateos, jefa de Hematología del Hospital Universitario de Salamanca, este ASH ha supuesto la consolidación de la inmunoterapia en MM. Destacan en este sentido los datos presentados en el estudio en fase I/II GEN503 del anticuerpo monoclonal anti-CD38 daratumumab, comercializado por Janssen como Darzalex, en combinación con lenalidomida y dexametasona donde obtuvo una tasa de respuesta global (TRG) del 81 por ciento en pacientes con MM recidivante o resistente que habían recibido una media de dos tratamientos previos. A esto se suma una supervivencia global (SG) del 90 por ciento y que el 72 por ciento de los pacientes experimentaron supervivencia sin progresión (SSP) tras 18 meses de tratamiento. “Los resultados indican que este medicamento puede inducir respuestas rápidas, profundas y duraderas en combinación con el tratamiento habitual en las primeras líneas”, señaló Torben Plesner, hematólogo del Hospital de Vejle durante la presentación de los datos. Para Mateos estas cifras vienen a añadirse a las del estudio Sirius de daratumumab en monoterapia, que le valió la aprobación de la FDA y que confirma la efectividad de este fármaco en pacientes que ya habían probado todas las líneas posibles de tratamiento y por tanto no tenían más alternativas. “El 30 por ciento de los pacientes respondieron con respuestas de alta calidad, y lo que es más importante, la mediana de duración de la respuesta fue de 8 meses, lo que se tradujo en un incremento de la SG hasta el año-año y medio”, apostilló la hematóloga. Respecto a su perfil de seguridad, los efectos adversos más frecuentes fueron la neutropenia, la tos, los espasmos musculares y la diarrea. A juicio de Mateos, el fármaco cuenta con un perfil de seguridad bueno si bien hay que tener especial precaución con las reacciones tras las primeras infusiones. “Dado que los resultados en combinación están llegando incluso a respuestas del 100 por cien pronto tendremos ensayos clínicos en primera línea y en fases más precoces, por lo que a largo plazo daratumumab está llamado a ser el eje común en todas las líneas de tratamiento”, detalló Mateos.

Otro de los anticuerpos monoclonales que ha recibido en este mes la aprobación de la FDA fue elotuzumab (Empliciti, de BMS) en combinación con lenalidomida y dexametasona para el tratamiento de pacientes con mieloma múltiple que han recibido entre una y tres terapias previas. Este fármaco se dirige contra la SLAM7, una glicoproteína de la superficie celular presente en las células del mieloma y en las células natural killers. Durante el congreso se presentaron datos del estudio Eloquent 2, que demostró un 44 por ciento de mejora relativa en la SLP a los tres años.

Inhibidores del proteosoma

En ASH 2015 también hubo novedades en la nueva generación de los inhibidores del proteosoma. El estudio en fase III Endeavor, publicado además en The Lancet Oncology, es un head to head de los inhibidores de proteosoma que ha comparado el fármaco de nueva generación carfilzomib (Kyprolis, de Amgen) más dexametasona con bortezomib (Velcade, de Janssen) más dexametasona en MM en recaída. Los resultados muestran que el brazo de carfilzomib dobla en SLP al de la terapia estándar (18,7 meses frente a 9,4 meses). En este sentido, Mateos destacó los datos de dos subanálisis que también se presentaron en el congreso: uno en función de la edad de los pacientes, que demostró que la combinación de carfilzomib más dexametasona tiene un beneficio mayor en pacientes de más de 65 años y otro en pacientes con citogenética de mal pronóstico donde se vio que el fármaco no vence el mal pronóstico completamente, por lo que beneficia más a los pacientes con citogenética estándar. “No cabe duda de que carfilzomib se va a mover a primera línea en un futuro. Tenemos que intentar dar el mejor tratamiento desde el principio”, apostilló.

De la misma familia de inhibidores del proteosoma es el ixazomib (Ninlaro, Takeda), un tratamiento oral, del que se presentaron datos del estudio fase III Tourmaline-MM1 en combinación con ciclofosfamida y dosis bajas de dexametasona. Los resultados muestran que el fármaco logró una mejora en la SLP del 35 por ciento en pacientes con MM en recidiva y/o resistente.

Por otro lado, Mateos quiso destacar también un estudio randomizado presentado en ASH 2015 que apunta a que los pacientes de nuevo diagnóstico se benefician de un trasplante autólogo en primera línea y por tanto, no se debe reservar para las recaídas. “El trasplante mejora claramente la calidad de las respuestas, es una estrategia complementaria a la inducción, no una alternativa. Este es un mensaje importante a nivel mundial. En EE.UU., por ejemplo, no se hace así”, especificó.

Todos estos datos sumados a los estudios que están en marcha hacen “ambicionar curar la enfermedad” en pacientes de riesgo estándar, si bien, como señaló Mateos, para eso hay que ir hacia la primera línea. En este sentido, para determinar qué se considera larga supervivencia en esta patología, el grupo español de MM está haciendo un ensayo clínico en pacientes con mieloma asintomático. “Si en ese grupo de pacientes logramos una remisión completa de muy buena calidad inmunofenotípica y que se mantenga durante 5 años tendríamos la definición de curación”, concluyó.