| miércoles, 23 de diciembre de 2015 h |

Tras las últimas elecciones generales, gobernar parece una tarea imposible. La formación más votada, el Partido Popular, ha quedado a 53 escaños de la mayoría absoluta y las posibles alianzas tampoco suman un número suficiente de diputados. Rajoy quiere gobernar. Ya lo dijo en Génova tras conocer los resultados electorales. Está por ver si suma los apoyos y las abstenciones necesarias, pero si lo consigue deberá apoyarse en pactos con el resto de las formaciones.

Algunas voces hablan del fin del bipartidismo. Las próximas elecciones nos dirán si Podemos y Ciudadanos han venido para disputar la presidencia del Gobierno. Pero de momento y durante estos cuatro años será imposible gobernar a base de rodillo o decretazos. Los partidos están condenados a entenderse. Existen bases para el acuerdo. La primera sobre el Real Decreto 16/2012. Parece claro que si Rajoy quiere mantenerse en La Moncloa deberá aceptar su derogación como han venido reclamando PSOE, Podemos y Ciudadanos.

Será el momento de emprender una reforma sanitaria. Si los partidos son capaces de aprobar un nuevo modelo que convenza a todos y que sea duradero en el tiempo, independientemente del signo político de los gobiernos sucesivos, la noticia será más que positiva. No es fácil, pero hay puntos de encuentro. Todos los partidos coinciden en la necesidad de una sanidad pública, universal y gratuita. Es evidente que aquí el PP tendrá que dar su brazo a torcer en cuestiones como el sistema de aseguramiento o la asistencia sanitaria a extranjeros.

Sobre esta diferencia, existen confluencias. Todos apuestan en sus programas electorales por cambiar el modelo de financiación, por introducir sistemas de evaluación, por la rendición de cuentas, por aumentar la transparencia, por reforzar el papel de la atención primaria… Toca ahora sentarse a negociar. Si hay acuerdos, ganaremos todos.