LucÍa Barrera, Directora de
Gaceta Médica
| lunes, 05 de enero de 2015 h |

2014 ha sido un año convulso sanitariamente hablando. Los últimos meses han puesto a prueba el funcionamiento de los engranajes de nuestro sistema de salud. La crisis del ébola dejaba entrever sus fisuras pero también sus fortalezas. De nuevo el buen hacer de los profesionales sanitarios se ha posicionado claramente como el pilar donde se sustenta el éxito del SNS. En un momento en que Europa miraba a España, una vez más el listón sanitario ha quedado alto, a pesar del notable grado de improvisación que ha marcado la situación. En el otro lado, el brote se cobraba una víctima política, con el segundo consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid de la legislatura. El caso de Javier Rodríguez nos deja la enseñanza de que en política no basta con hacer las cosas, sino que hay que saber trasmitirlas, especialmente cuando se trata de temas tan sensibles y vitales como la salud.

Pero si por algo se recordará el año ha sido el cambio de ministro y equipo ministerial. Finalmente la dimisión de Ana Mato vino cuando menos se esperaba y no precisamente por su gestión, sino por su relación con el caso Gürtel. El tándem Alfonso Alonso y Rubén Moreno tiene apenas un año para intentar dejar la legislatura con el listón alto. No lo tienen fácil, sobre todo si se plantean llevar a cabo reformas de calado como las que sigue necesitando la sanidad. A su favor, su peso político dentro del partido, en contra, el tiempo y la proximidad de los comicios y las campañas electorales. La primera patata caliente a la que tienen que hacer frente no es otra que la financiación de los nuevos fármacos de la hepatitis C. El debate es de gran calado porque se dirige a la falta de equidad en el acceso a las innovaciones terapéuticas y a la capacidad que tiene el sistema de poder hacer llegar a los usuarios los mejores tratamientos disponibles. De nuevo, se pone de manifiesto la necesidad de abrir un debate social sobre el SNS que queremos y que nos podemos permitir, con cifras y datos claros sobre la mesa. ¿Será 2015 el año en que lo podremos ver?