Almudena Fernández Madrid | viernes, 20 de febrero de 2015 h |

La Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) ha puesto en marcha la elaboración del Mapa Estratégico de Atención Farmacéutica al Paciente Externo (proyecto Mapex) para conocer más y mejor las necesidades de estas personas y reducir la variabilidad en las respuestas desde diferentes centros a una misma situación.

Ramón Morillo, del Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital de Valme de Sevilla y uno de los coordinadores del proyecto, explicó a este suplemento que desde la sociedad detectaron la necesidad de llevar a cabo el mapa básicamente porque la evolución que ha tenido la farmacia hospitalaria en cuanto a demanda de actividad en los últimos años no ha ido aparejada con la incorporación de nuevos recursos humanos y materiales en la misma medida, lo que provoca la necesidad de cambiar lo que se está haciendo al respecto en la actualidad “para mejorarlo y orientarlo hacia lo que realmente le va a aportar al paciente más valor”.

En esta línea, apuntó a que es necesario cambiar el enfoque que históricamente se ha tenido en las consultas externas, cuyo eje pivotal ha sido el medicamento, hacia otro en el que el centro de la atención sean el paciente y sus necesidades. De hecho, hay diferentes investigaciones que se han llevado a cabo en los últimos tiempos, entre las que destacó el Estudio Origen, en el que se analizó la estructura a procesos y resultados en atención farmacéutica al paciente con VIH, “que es un ámbito muy concreto dentro de las consultas externas, pero también muy representativo de lo que se hace en términos generales”. A través de este estudio demostraron que existía una amplia variabilidad en lo que a la atención farmacéutica se refiere, “pero es perfectamente extrapolable al resto”.

“Esta variabilidad no solamente daña nuestra imagen profesional, sino que también puede deteriorar los resultados en salud de nuestros pacientes”, subrayó Morillo. Éste es el motivo que llevó a los farmacéuticos de hospital a replantearse qué es lo que están haciendo actualmente y cómo pueden empezar a planificar el futuro más que ser reactivos a lo que les ha ido llegando en los últimos años.

Los retos a los que se enfrentan estos profesionales en este caso son, por una parte, ser capaces de identificar qué necesidades tiene cada paciente, y no sólo asociadas a la medicación dispensada desde el hospital —a pesar de que hasta hace poco tiempo se pensase que ésta era la necesidad principal—. Morillo apuntó a que en algunas ocasiones es así pero en otras no, ya que el paciente no solamente tiene medicación de dispensación hospitalaria, sino también otra serie de medicaciones prescritas sobre las que también se tendrá que incidir, por lo que el enfoque necesita un cambio para identificar qué pacientes son los que más se benefician de su actuación “y de alguna manera estratificarlos, y una vez estratificados, ser capaces de dedicar el tiempo que cada uno de ellos necesita en función de esa necesidad que ha sido prevista anteriormente”.

Por otro lado, el coordinador del proyecto incidió en que también tendrán que centrarse mucho en el aspecto motivacional, es decir, en los objetivos a corto y a largo plazo que tiene cada paciente. En este cumplimiento de objetivos tiene un papel importante el esfuerzo por aumentar la adherencia, algo en lo que la farmacia hospitalaria lleva tiempo trabajando, también forman parte del mismo la identificación, la prevención y el manejo de los efectos adversos —que es esencial para que el enfermo consiga los resultados deseados—. Otro de los retos y que, además, demandan los pacientes, es estar siempre cerca de ellos, y no exclusivamente en el momento en que se produce la consulta en el hospital, que pueden ser cinco, diez o 15 minutos mensuales o, incluso, cada tres meses. “Las personas demandan que estemos cerca de ellas y para eso necesitamos incorporar las TIC que permitan actuar e intervenir en tiempo real”, recalcó.

En este nuevo planteamiento de actuación, las nuevas tecnologías desempeñan un papel fundamental, ya que el objetivo ahora no es trabajar para el hospital sino trabajar desde el hospital, para lo que es ineludible el uso de las nuevas tecnologías para ello, tanto desde el entorno 2.0 como la ‘Mhealth’, aunque en ocasiones no esté relacionado directamente con los pacientes. Además, de cara al futuro deberán profundizar en el uso del ‘big data’, ya que el servicio de farmacia en general, y el ámbito de las consultas externas en particular, genera gran cantidad de información que, si se une a la que los propios pacientes vayan creando con el uso de las nuevas tecnologías, es un ámbito con mucho potencial de desarrollo.

Finalmente, el farmacéutico de hospital deberá empezar también a actuar en relación a las comorbilidades de sus pacientes, involucrarse en temas como la adherencia primaria (no recogida en las farmacias de los medicamentos prescritos) ya que, hasta ahora, no disponían de la información de recogida de fármacos, sin embargo, ya empieza a ser posible identificar incluso qué pacientes son los que no lo hacen, por lo que estos profesionales tendrán que coordinarse con otros, como los farmacéuticos de hospital y de oficina de farmacia para hacer un abordaje integral del problema.

La demanda
de actividad
no ha ido aparejada con la incorporación de nuevos RR.HH.”

La variabilidad no sólo daña nuestra imagen, sino también puede deteriorar los resultados en salud”

Los pacientes demandan
que estemos cerca
de ellos, y para eso necesitamos las TIC”