juan pablo ramírez Madrid | viernes, 31 de enero de 2014 h |

Los facultativos deben informar al paciente y registrar en historia clínica si no pueden utilizar un fármaco ya aprobado para su uso en España y que, aunque lo consideran más apropiado, se encuentra fuera de catálogo en su comunidad autónoma.

El jefe de los Servicios Jurídicos del Hospital Universitario de La Paz, Filiberto Chuliá, subrayó durante la celebración de la primera jornada de ‘Debates fármaco-económicos en Oncología’ que el médico debe “hacer visible estas desigualdades” y explicar que existe “una necesidad de incorporar estos nuevos fármacos a los catálogos, porque han evidenciado que son útiles, que son eficaces y que cumplen con todos los criterios”.

Ante una denuncia en los tribunales, “la historia clínica es el documento legal donde el médico plasma el desarrollo asistencial del paciente”, explicó Javier de Castro, del Servicio de Oncología Médica de la Paz. Esta situación pone a los médicos ante una disyuntiva. “El problema es que en algunos casos la gestión de los hospitales, los organismos reguladores o las comunidades autónomas nos dicen que no demos esa información”, añadió De Castro.

Chuliá recalcó que la información al paciente sobre los medicamentos que se encuentran o no disponibles “debe ser un deber deontológico”

La presidenta de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), Pilar Garrido, se manifestó también en este sentido e insistió en la importancia de un posicionamiento conjunto de los profesionales ante situación. Precisamente la SEOM se ha mostrado especialmente activa a la hora de denunciar las desigualdades en el acceso a los medicamentos oncológicos. El pasado octubre esta sociedad presentó un informe en el que denunciaba trabas burocráticas para la utilización de determinados fármacos o incluso la no disponibilidad de algunos medicamentos en una serie de hospitales. “Vamos a continuar por la misma línea”, insistió Garrido, quien reiteró que “debe primar la igualdad, aunque se viva en un periodo de desigualdad”.

Esta circunstancia limita aún más la libertad de prescripción del médico, que con las últimas leyes aprobadas ha visto como sus deberes se reducen a “que los pacientes reciban los medicamentos adecuados en la dosis y el tiempo adecuados al menor coste posible; hacer un uso racional del medicamento, e implicarse en la sostenibilidad del sistema”, incidió Chuliá.

Financiación de biomarcadores

Otro de los temas que surgió fue la inclusión en el precio de los biomarcadores en el tratamiento del cáncer. El subdirector general de Calidad de los Medicamentos y los Productos Sanitarios del Ministerio de Sanidad, Carlos Lens, descartó esta posibilidad, debido “a las limitaciones presupuestarias” y a los elevados costes de los medicamentos oncológicos que salen al mercado.

Lens se mostró crítico con la deslocalización que sufre Europa “y sobre todo España” en la actualidad y advirtió de que “la industria multinacional, pocas se comprometen con el país como fuente de producción, de empleo y de inversión industrial”.

Ante este escenario, los médicos se ven obligados a recurrir a la industria farmacéutica para financiar estos análisis. “Tenemos que pedirle al laboratorio farmacéutico en cuestión para que nos suministren la partida correspondiente para hacer el biomarcador, porque si no los pacientes no podrían beneficiarse”, explicó Eduardo Díaz Rubio, del Servicio de Oncología Médica del Clínico San Carlos.

Según De Castro, los precios no parecen significativos. El coste de un biomarcador puede situarse entre los 100 y los 200 euros. “Cuando estamos hablando fármacos que a lo mejor pueden tener un coste mensual de 2.000 o 3.000 euros”, apostilló.

El jefe de Servicio de Oncología Médica de La Paz y organizador de las jornadas, Jaime Feliú, insistió en que “debe ir todo el lote junto, debe financiarse el medicamento y el biomarcador”. Feliú advirtió de que sin conocer el biomarcador se distribuiría el fármaco a pacientes en los que el fármaco no va a surtir efecto “y el coste de ese medicamento es enorme”. El oncólogo reiteró “que compensa seleccionar a la población y aplicar este estudio de biomarcador, es una manera de optimizar los recursos”.