Almudena Fernández Madrid | viernes, 03 de julio de 2015 h |

Una reciente serie televisiva reflejaba la vida de un médico en un pueblo asturiano. Bien podría estar basada en hechos reales. En concreto, en los ‘hechos’ del presidente de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (Sepeap). Apenas algunas diferencias. El pueblo no sería San Martín del Sella, sino Navia. No sería el doctor Mateo, sino el doctor Martínez. Y, sobre todo, Mateo vuelve al pueblo donde veraneaba para ejercer la medicina, mientras que Martínez acude al pueblo, a ‘su’ pueblo, cuando no la ejerce. Aunque luego la realidad diga lo contrario. Ya se sabe, la confianza…

Pregunta. En Navia te paran habitualmente para hacerte consultas… ¿El médico extraoficial del pueblo?

Respuesta. De mis amigos, desde luego, y de muchos otros de los que voy haciéndome amigo a fuerza de verles a los niños. Es una práctica de la medicina que me encanta, prefiero ver a los niños en su ambiente.

P. Te gusta montar en bicicleta en tu pueblo… ¿En Asturias, con esto de la lluvia, las bicicletas son para el verano?

R. En vacaciones utilizo la bicicleta a diario, no para hacer deporte, sino como medio de desplazamiento habitual. Además, me permite pararme con quien quiero, es una forma de defenderse de abordajes que no puedes atender en ese momento o que no te apetecen.

P. También podrían ‘abordarte’ cuando navegas por su río, ¿en tu consulta te resulta difícil llevar el timón?

R. No, debo de llevar el timón en ciertos problemas de salud, pero dando cada vez más lugar a la participación de padres y niños. Los niños son demasiadas veces los convidados de piedra de la consulta y hay que tenerlos en cuenta, conocer sus sentimientos y su percepción de los problemas por los que acuden a la consulta y, junto a sus padres, deben ser los timoneles.

P. Aunque el protagonista de la consulta sea el niño, ¿a veces hay que convencer a los padres de que sean ellos los ‘pacientes’?

R. Los niños son muy buenos pacientes y los padres lo suelen ser también. Si sienten que existe un compromiso por tu parte de ayudarles, son muy considerados.

P. Como buen asturiano, ¿por dónde empieza la reconquista de los pediatras para que todo aquel que no sea adulto sea atendido por ellos?

R. Soy un defensor de que la edad pediátrica se extienda hasta los 18 años porque la infancia incluye la adolescencia.

P. ¿En qué casos crees que al ministerio de Sanidad le suenan a bable vuestras reivindicaciones?

R. Muchas veces, la verdad. Tienen la obligación de hacer una valoración coste-beneficio de cualquier propuesta que se les haga y no siempre es así.

P. Como pediatra y amante de la tortilla, ¿a partir de qué edad introducimos este manjar en la dieta del niño?

R. A lo largo del segundo año de vida, el niño ya puede empezar a comer lo mismo que sus padres en las cantidades propias de su edad y peso, por lo que puede empezar a disfrutar de la tortilla de patata sin ningún problema, que para mí es uno de los grandes placeres de la vida.

P. Porque la sidra y la fabada las dejamos para más adelante, ¿no?

R. Aunque ambas cosas me gustan, desde luego en el caso del niño lo dejamos para mucho más adelante, sobre todo la sidra, para cuando sea adolescente.

P. Y ahora, poniéndote del otro lado… ¿cómo recuerdas tu infancia?

R. Fui muy feliz. Fui muy afortunado habiendo nacido y crecido donde nací y donde crecí y mantengo prácticamente los mismos amigos desde la infancia.

P. ¿Y tus visitas al pediatra?

R. Mi padre era pediatra y es el que nos atendía. Fue un pediatra extraordinario que dejó huella en el occidente de Asturias durante 50 años trabajando. Los médicos antes tenían que resolver todo lo que se les presentaba porque trasladar a Oviedo era un esfuerzo económico grande.

¿Con o sin cebolla? Sin cebolla y jugosita.

Puxa Asturies y puxa… La pediatría

Trabajas en Gijón y vives en Oviedo, ¿con cuál te quedas? Pero no soy de ninguna de las dos, aunque estoy muy agradecido a ambas. Nunca he entrado en esas rivalidades porque son dos ciudades complementarias.

Invitarías a unos culines a… A quien tenga conversación y predisposición para relacionarse.

Tu mujer es oftalmóloga… ¿Demostraste tener buen ojo? Tuve muy buen ojo. Es muy buena oftalmóloga y una gran cirujana.