J.P.R. Madrid | viernes, 29 de noviembre de 2013 h |

La utilización de medicamentos fuera de ficha técnica exige el consentimiento informado. El presidente de la Sociedad Española de Reumatología (SER), Santiago Muñoz, explicó durante la jornada que en iniciativas como la que ha puesto en marcha su sociedad junto a la de Farmacia Hospitalaria para la optimización de terapias biológicas en enfermedades reumáticas, el paciente debe conocer las consecuencias y riesgos de un cambio de dosis.

“Si el paciente no quiere someterse a una bajada de dosis, porque la tasa de recaída es muy alta, no deberíamos obligarle”, insistió Muñoz durante su intervención.

El conocimiento del paciente supone además una protección para el clínico ante una reclamación judicial. “El consentimiento informado es el primer documento que te avala”, subrayó Muñoz, quien insistió en el carácter de recomendación del documento para la optimización de las terapias biológicas.

Pero más allá del documento de la SER y la SEFH, la utilización off label de medicamentos se ha extendido. “Todas las comunidades analizan la eficacia de las dos alternativas terapéuticas y se han elaborado recomendaciones de uso, que no son obligatorias, basadas en razones de eficiencia”, destacó Montserrat Pérez, jefa del Servicio de Farmacia del Hospital Universitario Fundación Alcorcón.

Pérez reiteró que con los fármacos utilizados fuera de ficha técnica “se hace un seguimiento muy estrechos en los hospitales, más que de un medicamento comercializado” y mencionó el ejemplo concreto de la Comunidad Valenciana donde se ha elaborado un plan de riesgos con este fin.

El presidente de la SER destacó que esta rebaja de dosis que plantean en el documento junto a la SEFH se viene practicando, “aunque no de manera heterogénea” en la mayoría de los hospitales. Por este motivo, lamentó las críticas que se han producido desde la industria farmacéutica: “Cuando ha habido una sistemática subida dosis nadie protestaba, pero cuando se plantea una bajada de dosis saltan las alarmas”.

También se mostró crítico con la industria farmacéutica Miguel Ángel Calleja, jefe del Servicio de Farmacia del Complejo Virgen de las Nieves de Granada. Reclamó la necesidad de realizar ensayos clínicos head to head. “Lo normal es que se comparen con el último y no con el de hace cinco años”, explicó.

Calleja destacó que las alternativas terapéuticas equivalentes (ATE) han supuesto un mecanismo de ahorro para financiar los medicamentos innovadores. “Queremos ahorrar para gastar en los nuevos fármacos y potenciar la innovación”.

Como explicaba el presidente de la SEFH, José Luis Poveda, las comunidades autónomas han establecido diferentes mecanismos para financiar sus medicamentos. La aprobación de las ATEs en la Junta de Andalucía es una de las que más polémicas ha levantado. Calleja insistió en su papel para potenciar la innovación. “No queremos pagar como innovación fármacos de hace siete años porque tenemos que esperar diez años para generar una competitividad”, manifestó Calleja quien señaló que la mayoría están consensuadas con las sociedades científicas.

El farmacéutico insistió en que las ATEs sólo se aplican para “fármacos para los que la evidencia científica disponible no muestra un beneficio mayor y clínicamente relevante por la utilización de uno u otro”, por lo que se sería “razonable utilizar el de menor coste” .

Por su parte, Pérez, insistió en la labor del servicio de farmacia del hospital en el objetivo de la optimización. La jefa de Farmacia del Hospital Fundación Alcorcón destacó que ningún medicamento llega al servicio “listos para su uso”, lo que obliga a “la manipulación de los medicamentos inyectables u orales”. La farmacotecnia orientada a la eficiencia permitiría obtener ahorros del uno por ciento en el hospital. Esta práctica persigue cuatro objetivos: eficacia, seguridad, asistencia individualizada y eficiencia.