GM Madrid | viernes, 04 de septiembre de 2015 h |

¿Puede ser posible que el veneno de una avispa procedente de Brasil pueda convertirse en un arma para luchar contra el cáncer? Varios científicos responden afirmativamente después de que en diferentes estudios se haya demostrado que la toxina de esta avispa —Polybia paulista, procedente del sudeste de Brasil— puede matar las células cancerosas sin dañar las células normales.

No obstante, la investigación está todavía en fase inicial —los trabajos recientes en ratones sugieren que puede atacar y destruir las células cancerosas— y se necesitan más estudios para comprobar que este método podría ser útil y seguro en humanos.

Las conclusiones publicadas en el Biophysical Journal revela exactamente cómo la toxina del veneno —llamada MP1— mata selectivamente las células cancerosas sin dañar las células normales. MP1 interactúa con los lípidos que se distribuyen de forma anormal en la superficie de las células cancerosas, creando agujeros que permiten que las moléculas cruciales para la función celular se filtren.

Los investigadores

“Tanto la acción bactericida como la antitumoral están relacionadas con la capacidad de este péptido para inducir filtraciones en las células al abrir los poros o fisuras en la membrana celular”, indicó el coautor del estudio Paul Beales, de la Universidad británica de Leeds.

A su vez, el profesor João Ruggiero Neto aseguró que “esos poros son lo suficientemente grandes para permitir que moléculas críticas como el ARN y las proteínas se escapen fácilmente de las células”.

También Aine McCarthy, del Cancer Research UK, comentó que “si bien estos resultados son emocionantes, se necesita mucho más trabajo en el laboratorio y en ensayos clínicos antes de saber si esta toxina puede beneficiar de algún modo a los pacientes oncológicos”.