Gaceta Médica Madrid | jueves, 29 de octubre de 2015 h |

Cada minuto que pasa hasta el tratamiento de un ictus se pierden 1,9 millones de neuronas y 14.000 millones de sinapsis y, por cada 15 minutos hasta recibir la atención adecuada, se resta un mes de vida libre de discapacidad, mientras que por cada minuto ganado se añaden 1,8 días de vida saludable, según apunta Ventura Anciones, responsable del Servicio de Neurología del Instituto de Neurociencias Avanzadas de Madrid (Ineamad) del Hospital Nuestra Señora del Rosario, de Madrid. En el Día Mundial del Ictus, este especialista recuerda que cada día se producen en España 342 nuevos ictus (125.000 al año), constituyendo la segunda causa de muerte —la primera entre las mujeres— y la principal causa de discapacidad. Contrariamente a lo que se cree, no sólo afecta a las personas mayores, ya que la cuarta parte de los casos se da en menores de 65 años y el 15 por ciento en menores de 45.

Los especialistas en Terapéutica Endovascular también tienen mucho que decir en el control del paciente con ictus y es que el 80 por ciento de los ictus hemorrágicos y más del 60 por ciento de los ictus isquémicos se resuelven por vía endovascular. Así,Alfredo Casasco, responsable de la Unidad de Terapéutica Endovascular de Ineamad, asegura que “hoy en día conseguimos recuperar más de un 60 por ciento de los ictus cerebrales de origen isquémico mediante la utilización de cateterismos ultraselectivos de las arterias cerebrales tapadas por un coágulo, seguido de la retirada del coágulo mediante aspiración o cuando lo recogemos dentro de una pequeña cesta que abraza el coágulo y lo retira. También utilizamos medicamentos que en contacto con el coágulo lo diluyen, recuperándose así la circulación normal, es lo que se conoce como fibrinólisis cerebral”. Los pacientes con ictus que se pueden beneficiar del tratamiento endovascular son muchos si se llegan pronto al hospital. Según Casasco, los casos que se pueden tratar son los que sus arterias no lleven más de seis horas ocluidas, “puesto que más allá de este límite de tiempo, el tejido cerebral muere y la revascularización del mismo no es útil e, incluso, puede ser peligrosa”, afirma el especialista.

Un aspecto importante teniendo en cuenta que el ictus hemorrágico representa ya el 27 por ciento de todos los infartos cerebrales, según los últimos datos recogidos en la Comunidad de Madrid. El Profesor Rafael García de Sola, neurocirujano y Director de la Unidad de Neurocirugía RGS ha explicado que el ictus hemorrágico “es más devastador que el isquémico. Aunque es menos frecuente, su mortalidad es más alta, unos 20 puntos superior, al isquémico. La mortalidad de éste se sitúa entre el 10 y el 15 por ciento, mientras que la del el hemorrágico se eleva hasta el 30 o el 40 por ciento”.

En el incremento de los ictus hemorrágicos ha podido tener relación la presencia cada vez más alta de población mayor tratada con anticoagulantes y antiagregantes, apunta García de Sola. “Los pacientes que siguen un tratamiento anticoagulante y/o antiagregante pueden tener más riesgo de ictus hemorrágico y hay que prestar especial atención a estos pacientes cuando han sufrido un ictus y necesitan de intervención porque tienen un mayor riesgo de hemorragia y de complicaciones”, asegura este especialista. En este sentido,García de Sola ha recordado la importancia de incluir al neurocirujano dentro del circuito del Código Ictus para poder establecer un tratamiento multidisciplinar coordinado, dada la importancia de la neurocirugía en el control de la hemorragia intracraneal.