Almudena Fernández Madrid | viernes, 03 de junio de 2016 h |

Por primera vez España se ha recogido en un documento el Itinerario de seguimiento farmacoterapéutico de la fibrosis pulmonar idiopática (FPI) y que muy pronto estará disponible y que se basó en el trabajo conjunto de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) y la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).

Marta Calvín, del Servicio de Farmacia del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña, explicó a este suplemento que el itinerario recoge cuatro fases principales del paciente: primero la detección de casos, segundo, el diagnóstico y selección del tratamiento, tercero el inicio del mismo y cuarto el seguimiento de éste.

Cada una de esas cuatro fases incluye una serie de actividades, que van desde la sospecha de un caso, el estudio por parte de un neumólogo, la derivación al neumólogo especialista en patología intersticial, la prestación del tratamiento, etc. Hay una serie de pasos que el paciente tiene que ir siguiendo en función de su proceso desde que se le diagnostica —un diagnóstico en el que interviene un grupo multidisciplinar— hasta que se le instaura el tratamiento, que también se decide en una comisión interdisciplinar, de hecho, en algunos hospitales ya se hace así. En una segunda fase, para el diagnóstico y selección del tratamiento, se optaría por la prescripción y la valoración del más indicado para cada paciente. Para ello, el neumólogo y el farmacéutico de hospital se coordinan para iniciar la medicación y el paciente acude por primera vez al servicio de farmacia hospitalaria para recoger los medicamentos, “aunque el papel del farmacéutico va mucho más allá de la mera dispensación”.

Entre las ventajas de disponer de este itinerario, Calvín destaca que el hecho de que estén recogidos todos los pasos a seguir en un documento formal agiliza el proceso y aporta mejoras en la asistencia a ese paciente y la participación multidisciplinar de distintos especialistas tanto en el diagnóstico como luego más adelante en el tratamiento. “Eso siempre supone una ventaja en el proceso asistencial”, subrayó.

Además, la sostenibilidad del sistema también se ve beneficiada del hecho de que la organización sea mayor, se siga a los pacientes más de cerca, se optimice el tratamiento con la participación de distintos profesionales y el trabajo en equipos multidisciplinares permita que se seleccione el tratamiento más efectivo y más seguro para cada persona.