josé A. rodríguez Barcelona | viernes, 23 de enero de 2015 h |

“Un ensayo clínico adaptativo, perpetuo y con varias ramas”. Así define José Luis Molinuevo, director científico de la Fundación Pasqual Maragall, el ensayo que acaba de poner en marcha la iniciativa EPAD (European Prevention of Alzheimer’s Dementia). La EPAD es un programa de actuación de 5 años de duración que forma parte de la “Innovative Medicines Initiative”, proyecto común entre la Unión Europea y la Federación Europea de Industrias y Asociaciones Farmacéuticas (EFPIA). Ahora, la EPAD acaba de iniciar un ensayo clínico para lograr un fármaco para la enfermedad de Alzheimer. Un ensayo que, a juicio de Molinuevo, es pionero. “La idea es poner en marcha una investigación con varias ramas y potenciales fármacos y que esté siempre activa”, señala este experto, que también es colíder europeo de la EPAD. Es decir, un ensayo “perpetuo” que permita que, cuando aparezca otro posible fármaco para esta enfermedad, “se pueda abrir un nuevo brazo en la investigación”. En el caso de que un fármaco que se esté investigando en el ensayo de la EPAD no muestre potencial, “se cerrará y los sujetos podrán pasar a otro brazo”. Otro de los puntos fuertes de la investigación es, según Molinuevo, que contarán con una cohorte de 6.000 sujetos a los que han estado siguiendo y de los que tienen “numerosos datos y que se randomizarán para este trabajo”.

Proyecto complejo

Este proyecto encierra una elevada complejidad no sólo por su particular estructura. Además, el objetivo es prevenir la enfermedad en personas que presentan indicios de estar desarrollándola (como alteraciones en los valores de biomarcadores identificados con pruebas específicas) y que no presentan síntomas o estos son muy leves. Los intentos previos de desarrollar medicamentos para el tratamiento y la prevención del alzhéimer han resultado decepcionantes a pesar del gran nivel de inversión realizada. No obstante, la constatación de que la intervención en etapas tempranas podría resultar más eficaz, ha llevado a los investigadores a centrar sus esfuerzos en el ámbito de la prevención. “El problema es que siempre se ensaya en fases muy tardías de la patología”, comenta Molinuevo.

Actualmente nuevas herramientas y métodos permiten la identificación de personas afectadas que se encuentran en los primeros estadios de la enfermedad. Este hecho posibilita investigar en ensayos clínicos nuevas opciones terapéuticas en fases más tempranas. La dificultad, sin embargo, sigue siendo el gran número de pacientes y centros necesarios para poder confirmar efectos terapéuticos en un periodo de tiempo limitado.

La idea es que, según Molinuevo, éste sea el “inicio de una infraestructura que permanezca en el tiempo y que permita ir estudiando posibles terapias contra esta enfermedad neurodegenerativa”. No parece probable dar con un fármaco a corto plazo. Por eso, como señala Molinuevo, son necesarios “este tipo de ensayos, que se pueden alargar en el tiempo, que pueden ser perpetuos, y que además con adaptativos”. Para este experto, “EPAD es una oportunidad única para ofrecer a personas sanas con riesgo de desarrollar la enfermedad la posibilidad de acceder a una cohorte que permitirá realizar el ensayo clínico más innovador diseñado en la actualidad para la prevención de esta enfermedad”.

“Este proyecto presenta numerosas ventajas respecto a los enfoques actuales”, explica Serge Van der Geyten, coordinador EPAD. Por ejemplo disponer de sujetos excelentemente caracterizados previamente al inicio del ensayo para minimizar los fallos de selección, el establecimiento de centros de estudio de la mayor calidad en toda Europa, así como “la rápida toma de decisiones ante la probabilidad de éxito de un medicamento, o la combinación de medicamentos, en posteriores ensayos de confirmación, y el acceso a un grupo placebo común”, añade.

La EPAD es una iniciativa europea de investigación para mejorar los resultados en la prevención de la enfermedad de Alzheimer y conocer mejor las fases iniciales de la enfermedad. Está patrocinada principalmente por la Comisión Europea y la industria farmacéutica europea (a través de la EFPIA) y auspiciada por la Innovative Medicines Initiative Joint Undertaking (IMI JU). Cuenta con un presupuesto inicial de 64 millones de euros, que se distribuyen entre un total de 35 miembros de los sectores privado y académico. EPAD se coordinará en España a través del Barcelonaßeta Brain Research Centre, centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall. Algunos de los centros que forman parte de la EPAD, aparte de numerosas compañías farmacéuticas, son la Universidad de Oxford, el Instituto Karolinska o la Universidad de Cambridge.