carmen m. lópez Madrid | viernes, 24 de abril de 2015 h |

El rol que juega el farmacéutico de hospital dentro de los equipos multidisciplinares ha sido el eje de todos los debates acaecidos durante la conferencia anual que la Asociación Europea de Farmacéuticos Hospitalarios (EAHP) celebró recientemente en Hamburgo. Una cita en la que se puso el foco en lo que debe ser la prioridad de la profesión: la seguridad del paciente.

Para Peggy Maguire, presidenta de la Alianza Europea de Salud Pública (EPHA) los farmacéuticos de hospital deben formar parte activa en los equipos multidisciplinares para prestar asesoramiento personalizado a los pacientes sobre los medicamentos. Sin embargo, es consciente de que “aún queda mucho por hacer para informar y educar sobre el papel de los farmacéuticos de hospital para que más pacientes puedan beneficiarse de su conocimiento especializado de medicamentos, sus propiedades y uso seguro”, declaró. Algo que cobra más importancia dado el envejecimiento de la sociedad europea.

Y es que una de las principales preocupaciones que quedó reflejada durante el encuentro fue el papel de los pacientes como administradores de su enfermedad.

Así, más información, más actitud crítica y más participación en la toma de decisiones son los ingredientes que aseguran esta seguridad. En este marco, los farmacéuticos de hospital son los idóneos, como miembros de los equipos multidisciplinares, para prestar asesoramiento personalizado sobre los medicamentos teniendo en cuenta que a menudo son uno de los primeros escalones asistenciales en los hospitales.

Lo que tienen claro los expertos es que aún queda mucho por hacer para informar y educar a los enfermos sobre el papel de los farmacéuticos de hospital, pero no hay que olvidar la cantidad de ventajas que conlleva beneficiarse del conocimiento especializado en farmacología, con las propiedades y riesgos de cada tratamiento, y por ello urge apostar por esta línea.

Además, el envejecimiento de las sociedades europeas combinado con la aparición de múltiples morbilidades y la polimedicación, pone de relieve la creciente necesidad de asesoramiento de los expertos. Precisamente, la conexión entre el farmacéutico y el paciente podría conllevar un registro más exhaustivo del historial de medicación de cada paciente, una mejor compresión por parte de este de por qué, cuándo y cómo interactúan los medicamentos, así como de los riesgos potenciales como las reacciones adversas. Además, el profesional puede proporcionar asesoramiento para asegurar la adherencia a la medicación a la hora del alta hospitalaria. No sólo eso, otros profesionales de la salud, incluyendo médicos y enfermeras también se beneficiarían de trabajar juntos y compartir conocimientos con los farmacéuticos de hospital.

Con todo, tomando como base este razonamiento los farmacéuticos comunitarios profundizaron en las necesidades para su desarrollo. De modo que es necesario la introducción de las nuevas tecnologías —como la prescripción por receta electrónica— en todos los sistemas sanitarios, con el fin de dar un paso más en su camino por la prevención de los errores de medicación.

Sobre este particular, Roberto Frontini, presidente de la EAHP, manifestó que las nuevas tecnologías suponen “nuevas soluciones a viejos problemas”, y puso como ejemplo el uso de la receta electrónica. “El objetivo es introducir las nuevas tecnologías en todos los sistemas de salud europeos”, precisó, aunque insistió en señalar que se deben coordinar planes para ponerlas en práctica. A su juicio, son necesarios protocolos coordinados de implantación, involucrando a todas las partes interesadas, y que se puedan aplicar en todos los niveles.

Premio a Granada

En esta línea, la reunión europea quiso reconocer la labor que están desempeñando algunos países, favoreciendo y potenciando la seguridad.

En este caso, el primer premio a la mejor comunicación recayó en el grupo de investigadores de la Universidad de Granada y del Complejo Hospitalario Universitario de Granada, por haber desarrollado una investigación sobre la estabilidad en el tiempo de infliximab, comercializado por MSD como Remicade, una vez abierto el envase.

Los investigadores demostraron que pueden ser evaluadas preparaciones habituales de administración, de forma que se optimice su uso con total seguridad para el paciente. En el caso concreto estudiado, los resultados indicaron que no es posible reutilizar los sobrantes. Datos que el grupo quiere seguir contratando.” La finalidad es reutilizar de manera segura y eficaz para el paciente los sobrantes. Además, tal y como indica la coordinadora de la investigación, existe una dificultad a la hora de desarrollar un estudio de este tipo y es la naturaleza compleja que presentan los anticuerpos monoclonales que constituyen el principio activo de estos medicamentos. “Para llevar a cabo esta investigación se ha desarrollado un conjunto de métodos y estrategias de análisis específicas para el estudio de las propiedades físico-químicas y la actividad biológica del infliximab”, lo que ha permitido un análisis profundo y detallado de sus características más allá de las indicadas por el propio fabricante.

El trabajo presentado fue inicialmente premiado con una comunicación oral, y tras su defensa, le fue otorgado el primer premio. Un resumen del mismo acaba de ser publicado en el número especial que la revista Journal of Hospital Pharmacy (EJHP) dedica a los trabajos presentados en el congreso. Esta investigación se enmarca en un proyecto más amplio recientemente finalizado, financiado con Fondos para la Investigación en Salud del Instituto Carlos III (FIS-PI10-00201), titulado “Estudio formal y propuesta de validación del perfil indicador de la estabilidad de medicamentos de naturaleza biotecnológica (y química) en condiciones normales de uso hospitalario”.

Tal y como ha explicado Navas, la investigación, que ha sido galardonada en el Conferencia Anual de la EAHP, forma parte de un proyecto más complejo que ha durado cuatro años, analiza el anticuerpo monoclonal terapéutico comercial, conocido como infliximab. Sin embargo, no fue el único anticuerpo que estudiaron, ya que en total fueron cinco. Algo novedoso ya que como Navas reconoce “este tipo de estudios son habituales en fármacos químicos, pero los biotecnológicos son más complejos. No es fácil llevarlos a cabo por la cantidad de investigaciones que requieren”. En este sentido, estas investigaciones sí que son más habituales en las empresas farmacéuticas que desarrollan estos fármacos. Por tanto, a nivel hospitalario no es lo normal, ya que “requiere tiempo, esfuerzo y dinero”.