C.M.L. Madrid | viernes, 13 de noviembre de 2015 h |

Las comunidades autónomas diseñan programas de intervención encaminados a un mayor control y a un mayor seguimiento de los pacientes. Así quedó reflejado en las IV Jornadas de Adherencia del OAT. Como explicó el presidente del Comité Científico del OAT, José Manuel Ribera, la receta electrónica ha supuesto una ayuda en la detección de los problemas con la adherencia.

Es el caso de La Rioja, que ya ha completado el proceso de implantación, permitiendo conocer el porcentaje de pacientes que retiran sus recetas. Otra herramienta eficaz, a juicio de Ana Cristina Bandrés, asesora técnica farmacéutica del Servicio Aragonés de Salud, son los test de adherencia en la comunidad que se están haciendo, donde el 45 por ciento de los pacientes ha dado positivo en el incumplimiento con sus tratamientos. En Madrid, Ángel Abad, jefe de área de información al paciente, destacó que la comunidad está llevando a cabo varios programas de polimedicados. Pero una de las apuestas de futuro es potenciar en las facultades las habilidades de comunicación para retomar la relación médico-paciente.

Antonio Arraiza, director de asistencia sanitaria de Osakidetza, destacó las estrategias que tienen en marcha, enfocadas a la seguridad de los pacientes. Asimismo, considera que el formulario corporativo (pastillero), las alertas ligadas a los pacientes fuera de rango de prescripción, la búsqueda de nuevos canales de comunicación entre médicos y pacientes y la formación de profesionales es hacia donde se deben dirigir los esfuerzos.

Por su parte, Rodrigo Gutiérrez, director general de calidad del Sermas, destacó que los copagos limitan la adherencia.