C.L Madrid | viernes, 27 de junio de 2014 h |

La falta de adherencia preocupa, cada vez más a la profesión. Se trata de un problema de salud pública de gran relevancia, con una prevalencia de más de un 50 por ciento en patologías crónicas y causalidad multifactorial.

Las consecuencias de la no adherencia como los tratamientos innecesarios, pruebas adicionales, aumentos de visita al profesional sanitario, mayor incidencia en mortalidad e ingresos hospitalarios ponen en peligro la sostenibilidad del sistema. Así quedó reflejado durante una jornada celebrada en el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM).

Bajo el título “La Adherencia: un problema de salud”, varios expertos han analizado los riesgos sanitarios y socioeconómicos provocados por la no adherencia. En la jornada, organizada en colaboración con la compañía biotecnológica Amgen, se ha puesto en valor como afecta la crisis económica al cumplimiento terapéutico. Para Antonio Fernández-Pro Ledesma, del Centro de Salud de Menasalbas, en la actual coyuntura económica resulta relevante una mejora del cumplimiento, con el fin de optimizar los resultados en salud y la utilización de los recursos disponibles. Del mismo modo, Isabel Vallejo Díaz, vocal del Observatorio de Adherencia al Tratamiento (OAT), mostró su compromiso con el problema, ya que considera que “para mejorar la adherencia es necesaria una reorganización de la atención sanitaria hacia un nuevo modelo que integre los niveles asistenciales y que potencie la relación de los profesionales de la salud con los pacientes y su entorno”. Además, ha destacado la importancia de concienciar a administraciones, profesionales y pacientes sobre “la gravedad de este problema ”.

Asimismo, los expertos pusieron hincapié en hacer del paciente parte activa en la toma de decisiones.

Según un informe de IMS Health el mal uso de los fármacos provoca aproximadamente el ocho por ciento del gasto sanitario en el mundo y, de ese porcentaje, el 57 por ciento se corresponde con problemas de no adherencia. Además, según cálculos del OAT, la no adherencia a los tratamientos farmacológicos contribuye a unas 200.000 muertes prematuras de ciudadanos europeos cada año y provoca un coste estimado a los gobiernos de 125.000 millones de euros anuales. En España, las cifras no dejan de preocupar ya que en función de la población, se calcula que serían alrededor de 11.250 millones de euros.

Para Pedro Rozas, del Servicio de Endocrinología del Área Integrada de Ciudad Real, el profesional debe hacer partícipe al paciente de su medicación, conocer sus recursos económicos, su situación social, o nivel de estudio, ya que todo influye en la adherencia. Otro aspecto clave, según resaltaron, es que el paciente esté informado, sobre su enfermedad y tratamiento, con el fin de que no lo abandonen. De hecho, como recordó María José Calvo, jefa de División de Farmacia y Productos Sanitarios del Sermas, “cerca del 50 por ciento de los crónicos son incumplidores”.