juan pablo ramírez Madrid | viernes, 18 de septiembre de 2015 h |

Los presupuestos destinados a investigación, desarrollo e innovación crecerán por cuarto año consecutivo en 2016. Entre gastos financieros y no financieros, la cifra se situará el año próximo en 6.430 millones de euros, un 8,4 por ciento más que en 2013, pero muy lejos de los 9.662 millones de euros presupuestados en 2009, cuando alcanzó su máximo histórico.

En el caso de la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación se acumulan tres años de crecimientos, como puso de manifiesto el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, en el Congreso de los Diputados para explicar los últimos presupuestos de su departamento en esta legislatura. “El capítulo de subvenciones se ha incrementado en 227 millones de euros, lo que supone un 15 por ciento más respecto al año anterior”, destacó.

El auge registrado estos últimos años no resulta suficiente para el sector de la ciencia. Durante la celebración del congreso de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular (Sebbm) hace dos semanas, un grupo de 28 científicos firmó una carta en la que reclamaban a Gobierno y comunidades autónomas una inversión similar a los niveles de antes del estallido de la crisis económica. La críticas también llegaron desde la oposición. “Al ritmo que crece la I+D+i harían falta 50 años para recuperar la I+D+i que había en 2011”, señaló el diputado del PSOE, Juan Moscoso del Prado.

Entre los logros de su departamento, el ministro destacó la situación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Los créditos cercanos a 100 millones de euros en 2013 sirvieron para superar “sus dificultades financieras, incrementando para 2016 en más de 8,5 millones de euros sus presupuestos respecto al año anterior”. El Instituto de Salud Carlos III también ha visto aumentada su asignación un 0,9 por ciento y alcanza 163,7 millones de euros, 34 millones menos que en 2009.

De Guindos detalló las dificultades para equiparar la inversión con la registrada en los años anteriores a la explosión de la crisis económica. Sin ir más lejos, los organismos públicos de investigación (OPI), incrementarán sus partidas “en 20 millones respecto al año anterior, una situación que contrasta fuertemente con el descenso de más de 200 millones que se experimentó en el año 2010”.

Gastos financieros y no financieros

Precisamente aquel año se produjo la principal caída de los fondos de investigación, desarrollo e innovación. Las partidas para I+D+i descendieron un cuatro por ciento en 2010. Aquellas cifras escondían un hundimiento de los gastos no financieros del 14 por ciento, que fueron compensados en parte con un incremento de los financieros —créditos— de un cuatro por ciento. Desde la secretaría de Estado de I+D+i explican que este tipo de fondos no suelen cubrirse al 100 por 100.

La parte financiera comenzó entonces un descenso que se prolongó hasta 2013. Pasó de 4.176 en 2009 a 2.268 millones de euros, un 45,7 por ciento menos. En 2014 se produjo un intento de despegue, que terminó estancándose en 2015. El gasto se situó en 2.413 millones y alcanzará los 2.677 millones en 2016, casi un 11 por ciento más.

El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, aseguró durante su intervención en el Congreso de los Diputados que el estatuto de la Agencia Estatal de Investigación “será aprobado por el Consejo de Ministros en las próximas semanas”. La creación de la agencia era una de los compromisos para esta legislatura que habían adquirido De Guindos y su secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación, Carmen Vela, cuando llegaron al ministerio en 2011.

El titular de Economía afirmó que su puesta en marcha “supondrá la integración de todos los instrumentos de financiación de la investigación científica y dotará de mayor estabilidad a las convocatorias”. De Guindos destacó otra serie de ventajas como una mejor “asignación de recursos” y una reducción de la burocracia. Su creación no supondrá un gasto extra, ya que se dotará “mediante la reasignación de fondos gestionados por la Secretaría de Estado de I+D+i”, explicó.

143
Millones de euros

es la cantidad que destinó en sus convocatorias la Secretaría de Estado de Investigación Desarrollo e Innovación para financiar proyectos relacionados con la salud en 2015, lo que supone un incremento del 33 por ciento con respecto al ejercicio anterior. De esta manera, el área de salud se consolida como la mayor receptora de ayudas por encima de otros sectores económicos como agricultura, energía, transporte o clima.

227
Millones de euros

es el incremento que experimentará el capítulo de subvenciones de la Secretaría de Estado de I+D+i. En concreto crecerá un 15 por ciento hasta situarse en 1.765 millones de euros. Al tiempo que aumenta este área se reducirá el gasto no financiero que se sitúa en 2.447 millones de euros, lo que significa una rebaja del 8,5 por ciento. Otras partidas como el Fondo Nacional para la Investigación Científica crecerán en 150 millones en 2016, lo que supone un auge del 43 por ciento.