r.C. Madrid | viernes, 13 de febrero de 2015 h |

En pleno auge de investigación en terapias inmunológicas para el tratamiento del cáncer, una nueva inmunoterapia de activación celular de presentación múltiple de antígenos (ACI-MAP) basada en células dendríticas activadas parece sumarse a la lista de posibles opciones en este campo. La técnica, que ya ha demostrado eficacia en fases I y II en cáncer de próstata, está siendo ahora investigada en cáncer de ovario y, más recientemente, en cáncer de pulmón.

Esta inmunoterapia autóloga consiste en la extracción de leucocitos del paciente mediante leucoféresis para, posteriormente en el laboratorio, proceder a la separación de los monocitos, que son cultivados ex vivo junto a células dendríticas no maduras. Estas células dendríticas son entonces pulsadas con las células tumorales del paciente —que actuarán como antígenos—, previamente “inactivadas” mediante la aplicación de una alta presión hidrostática. Una vez realizado este procedimiento, se deja que estas células dendríticas pulsadas maduren en el laboratorio y el resultado obtenido es congelado y almacenado en nitrógeno líquido.

Entre la leucoféresis y la administración del tratamiento DCVAC al paciente, desarrollado por la compañía biotecnológica Sotio, pasan unas cuatro semanas. De esta única extracción, se obtienen más de 15 dosis, suficientes, explican desde la compañía, para tratar a ese paciente concreto durante más de un año. Esta “vacuna” se administra vía subcutánea en intervalos de entre tres y seis semanas, dependiendo del diseño del ensayo clínico. Como subraya Radek Spisek, inmunólogo de la Universidad de Praga y creador de la terapia, estas células dendríticas “cargadas” con las células tumorales “inactivadas” por la aplicación de alta presión hidrostática logran “la presentación de múltiples antígenos en la superficie de las células dendríticas e inducen por ello una rica y compleja respuesta inmunitaria frente a múltiples dianas, la clave de ACI-MAP”.

En estudio en cáncer de próstata, ovario y pulmón, es en este primer tipo de tumor en el que la investigación está más avanzada. Una vez superada la fase II en cuatro ensayos —DCVAC/PCa en cáncer de próstata resistente a castración (CPRC), DCVAC/PCa combinada con hormonoterapia en CPRC, DCVAC/PCa en pacientes con cáncer de próstata localizado tras una prostatectomía radical y DCVAC/PCa en pacientes con cáncer de próstata localizado de alto riesgo tras radioterapia—, los investigadores han puesto en marcha el estudio Viable, el primer ensayo en fase III con este tratamiento, que compara DCVAC/CPa frente a placebo en pacientes con CPRC. El ensayo, que planea reclutar un total de 1.170 pacientes, cuenta de momento con participación de 14 pacientes y siete centros entre España y Portugal, aunque la compañía espera llegar a 28 hospitales activos en este año 2015.

En cáncer de ovario, hay tres estudios en marcha, todos ellos de evaluación de la adición de DCVAC/OvCa al tratamiento con quimioterapia (carboplatino más paclitaxel o gemcitabina) de tumores epiteliales de ovario, en dos de ellos tras la recaída posterior a terapia con platinos. En 2014, se inició también un ensayo fase I/II en cáncer de pulmón.

El problema en cuanto a su efectividad es, apunta Spisek, que “la estimulación de respuesta inmune podría ofrecer un beneficio significativo en pacientes en estadios iniciales, con niveles tumorales relativamente bajos, un sistema inmunitario completamente funcional y tiempo suficiente para inducir una respuesta inmune compleja y robusta, pero el camino hacia la aprobación en estadios iniciales es complicado si su eficacia no es testada antes en fases avanzadas”. En estos estadios, destaca, sería necesaria la combinación de DCVAC con otros tratamientos como quimioterapia, radioterapia o terapia hormonal; de ahí que, en los próximos ensayos, el objetivo sea “explorar sinergias entre las distintas modalidades de tratamiento”.

Esta terapia podría tener también aplicación en patologías autoinumnes, en las que lo que se busca es lo contrario: inhibir la respuesta inmune. Las células dendríticas tolerogénicas, no activadas, ya están siendo estudiadas en patologías como la diabetes tipo 1.

Aunque más eficaz en fases iniciales, científicos estudian combinaciones que permitan su uso en estadios avanzados

Las células dendríticas tolerogénicas, no activadas, podrían tener un papel en enfermedades autoinmunes