Almudena Fernández Madrid | viernes, 30 de mayo de 2014 h |

Dar acceso a medicamentos innovadores en un entorno sostenible es el objetivo de los acuerdos de riesgo compartido que, progresivamente, se van implantando en las distintas comunidades autónomas. Así lo explicó el gerente de Farmacia y del Medicamento del Servicio Catalán de Salud (Catsalud), Antoni Gilabert, durante la presentación del libro ‘Gestión Hospitalaria y Acuerdos de Riesgo Compartido en España’, editado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) y patrocinado por UCB. Y es que considera que en la gestión del medicamento habrá que reflexionar sobre elementos nuevos para garantizar el acceso a fármacos innovadores.

En este sentido, Gilabert señaló que la cuestión va más allá de un problema económico y, por eso, ve esencial generar herramientas y entornos que permitan avanzar y que, a su juicio, pasan necesariamente por la gestión de la incertidumbre y el método colaborativo.

Para dar acceso a la innovación hay que minimizar y compartir la incertidumbre en criterios de indicación y uso, en resultados, y de tipo financiero, a la hora de pagarlo. Éstas son las tres incertidumbres que, en su opinión, en la medida en que se minimicen, generarán valor y acceso a la innovación. “Nada —el medicamento—, ni nadie —los médicos, los hospitales, la industria farmacéutica, ni los gestores— es un problema, sino parte de la solución, por lo que hay que innovar juntos”, recalcó el gerente.

En cuanto al método colaborativo, incidió en que no consiste solamente en buscar beneficios compartidos, sino también en asociarse para generar entornos nuevos que darán resultados en el futuro, consiguiendo cosas que de forma individual serían imposibles.

Así, señaló que la idea de los acuerdos compartidos comenzó con la pregunta ‘¿por qué no asociarse con el sector de los laboratorios farmacéuticos y compartir riesgos?’.

La necesidad de pasar de la “pantalla uno”, es decir, la situación actual, a la “pantalla dos” fue otra de sus reivindicaciones ya que, al hacerlo, “se abre un mundo”, aunque admitió que es complicado en Sanidad, teniendo en cuenta que todo el mundo está “muy cómodo” con las reglas del juego de la primera. Sin embargo, este paso abre posibilidades, y el darlo todos a la vez facilita que sean conjuntas. “A mí nadie me va a sacar del pensamiento que no vamos a salir de ésta o de la que se aproxima en los próximos años sin este modelo colaborativo y de compartir la incertidumbre”, recalcó para concluir que sin reflexión no hay avance posible.

La subdirectora general de Farmacia y Productos Sanitarios del Servicio Madrileño de Salud (Sermas), Encarnación Cruz, por su parte, abogó para que este debate no esté centrado exclusivamente en los servicios de FH, sino que del mundo de la farmacia se abra al resto de equipos directivos como un servicio más del hospital que también debe ser gestionado, que sepan qué herramientas tienen a su disposición para que mejore el hospital en su conjunto a través de la FH. Y es que en los hospitales se gestiona el 50 por ciento de la prestación farmacéutica total, tanto los medicamentos de uso hospitalario como aquellos que prescriben los especialistas a los pacientes que acuden a consulta al hospital.

Cruz comentó la necesidad de trabajar conjuntamente con atención primaria ya que el paciente corresponde a los dos niveles y va de uno a otro, por lo que no tiene sentido que sea tratado de forma diferente en función de si se encuentra ante uno u otro profesional. Así, incidió en la creación de protocolos compartidos y en que los médicos de hospital sean conscientes de las repercusiones que tienen sus prescripciones hacia fuera.

Por otro lado, comentó que en el libro se recoge la posibilidad de llegar a retribuciones variables con los resultados de salud obtenidos en los hospitales, aspecto debatido además recientemente en Estados Unidos. “Tenemos que ser capaces también de innovar en recursos humanos y de ligar una parte de la retribución no tanto a la utilización del fármaco como al resultado que se obtiene de él”, insistió para añadir que la principal incentivadora de los médicos tiene que ser la Administración y no otros agentes externos.

A la hora de decidir qué medicamentos deberán ser financiados, a su juicio hay que distinguir entre novedad e innovación, teniendo claro cuáles son simplemente nuevos y cuáles aportan realmente valor respecto a lo que se encuentra ya en el mercado.

Medicina personalizada

La gestión hospitalaria se enfrenta al reto que supone la medicina individualizada en un contexto en el que el progreso científico día a día va mostrando con más profundidad cuestiones de fondo en el mundo de la salud, pero ese proceso precisamente enseña también que la atención personalizada involucra al médico que prescribe, al farmacéutico encargado de la atención, a las propias autoridades y, en definitiva, a todo el sistema de salud, tal y como aseguró César Nombela, rector de la UIMP.

El libro además recoge el paso de la selección de medicamentos a la selección de pacientes, algo en lo que los farmacéuticos de hospital tienen un papel fundamental. Sin embargo, esta implantación no está siendo homogénea y depende mucho tanto de los diferentes centros como de las comunidades autónomas. Pero los autores del libro consideran que la implementación de algunas pruebas farmacogenéticas debería contemplarse como una medida de ahorro más.

Nada ni nadie
es un problema para innovar, sino parte de la solución, por lo que hay que hacerlo todos juntos”

Tenemos que ser capaces de innovar en RR.HH. y ligar parte de la retribución a los resultados en salud”