GM Madrid | viernes, 24 de julio de 2015 h |

La oncohematología es un área que tiene un potencial muy importante en el campo de la investigación desde la farmacia hospitalaria. Así se puso de manifiesto durante el encuentro ‘Proyectos ganadores de Investigación en Oncología’, organizado por la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), a través de su Grupo de Farmacia Oncológica (Gedefo), y que contó con el patrocinio de Roche.

España es el segundo país del mundo —después de Estados Unidos— en farmacéuticos de hospital especializados en farmacia oncológica, con más de un centenar de profesionales. Tal y como explicó Irene Mangues, coordinadora de Gedefo, el objetivo de este encuentro es potenciar la investigación en el ámbito de las unidades de farmacia oncohematológica, mejorando la calidad de los proyectos con el fin de que se consoliden como un grupo de investigación con potencial para conseguir financiación pública competitiva.

María Jesús Lamas, directora de Investigación de la SEFH, por su parte, destacó que esta jornada también ha permitido identificar áreas de interés común con otros grupos interesados en ello, como fue el caso del Grupo Español de Síndromes Mielodisplásicos.

Desarrollo continuo

El desarrollo en oncología es continuo, por lo que la formación constante y la especialización no solo consiguen mejorar los resultados clínicos sino también la calidad de vida de los pacientes. La farmacia oncohematológica —señaló Mangues— es un área “con muchísimo potencial de investigación”, ya sea en líneas centradas en la farmacogenética o en registros nacionales para evaluar la efectividad y la seguridad de estos medicamentos en la práctica asistencial.

Además, en la asistencia a los pacientes oncológicos el farmacéutico tiene varias compentencias que van desde tener conocimientos específicos del tratamiento del cáncer y sus efectos adversos hasta ser capaz de desarrollar habilidades para establecer una comunicación fluida con el paciente y ayudarle a resolver sus dudas y problemas farmacoterapéuticos, pasando por mantener una actitud dialogante y respetuosa en el trato tanto con los pacientes como con el resto de profesionales médicos.

En concreto, Mangues incidió en que en la atención farmacéutica oncológica debe cuidarse mucho el componente psicológico y la fragilidad emocional de los pacientes. Y, para que haya un adecuado cumplimiento del tratamiento, el paciente debe ser informado respecto a la administración del medicamento, duración de la terapia, posibles efectos adversos y la prevención de los mismos”.

La evolución es constante en esta especialidad, no solo en el campo de la manipulación de los antineoplásicos y los controles de calidad en la preparación de las mezclas intravenosas, sino también en la evaluación de nuevas moléculas. La coordinadora de Gedefo destacó asimismo que el cambio más significativo se está produciendo con la incorporación, cada vez más frecuente, de nuevas moléculas orales para el abordaje del cáncer con los consiguientes retos para el farmacéutico de hospital de ofrecer información al paciente, potenciar la adherencia al tratamiento y realizar seguimiento farmacoterapéutico. “Y todo ello hace imprescindible una relación más directa con el paciente y disponer de unos conocimientos específicos”, concluyó.