SERGIO ALONSO,
Redactor jefe
de La Razón
| viernes, 21 de marzo de 2014 h |

La intensa crisis económica que sacude España desde 2008 está provocando un cataclismo en cascada que afecta ya a prácticamente todo el sector. Los primeros damnificados por esta sacudida fueron los consejeros de Salud y sus departamentos, que quedaron pronto a los pies de los caballos por cuenta de los recortes presupuestarios. La consecuencia en estos seis años han sido protestas ciudadanas, rebeliones médicas, paralización de inversiones, cambios drásticos en organigramas y hasta abandonos en el cargo, como en el caso de Madrid. Los siguientes perjudicados por este tsunami fueron los agentes del sector. Médicos y sanitarios, farmacias, laboratorios y sanidad privada han sido, por este orden, azotados por las medidas de ajuste, provocando un panorama desolador y un efecto impensado: lo que antes equivalía a sagrado e inalterable padece fuertes convulsiones en estos momentos y el mapa que parecía indemne a todo empieza a resquebrajarse sin que haya posibilidad de marcha atrás. Los mitos que se derrumban son numerosos. Hay sociedades científicas, por ejemplo, que no logran financiación para sus proyectos, cuando hace años obtenían riadas de fondos de la industria. De ahí que anden prácticamente desaparecidas. Los congresos médicos bajo el formato de grandes eventos también se han limitado, con el resultado de que la formación continuada empieza a ser ya más un acto voluntarista que un empeño de la industria, como bien saben las revistas del sector.

La crisis ha convulsionado asimismo la profesión farmacéutica. Si antes la adquisición de una botica era una apuesta cara, pero segura, ahora se ha tornado en un acto de fe o de valentía: los impagos y las sucesivas reducciones de márgenes empiezan a golpear a presidentes de colegios y organizaciones varias, y el antaño todopoderoso farmacéutico tiene dificultades para llegar a fin de mes como cualquier hijo de vecino.

En los laboratorios, el efecto sísmico ha sacudido primero a las redes comerciales, se ha cebado con los departamentos de comunicación y amenaza con hacer saltar por los aires las fundaciones. Cuando caiga una lo hará el resto en cascada. También las cúpulas se han visto salpicadas. A diferencia de años anteriores, en los que los relevos se producían de forma dilatada, ahora se suceden en el tiempo a velocidad vertiginosa, afectando curiosamente en primer lugar a las multinacionales. El motivo es fácil de entender: cuando el CEO de turno acude a su sede a explicar problemas como los impagos, el cobro de facturas sin intereses de recargo, las medidas autonómicas de ajuste de gasto y los proyectos del Ministerio, en la matriz se le mira con desdén. Las cuentas no salen y son las que mandan, por lo que las destituciones o los traslados a Asia son ya acciones más comunes que la comprensión ante el mensaje trasladado.

w ¿Qué médico que va de erudito trata de hacerle la pelota a Sendín para obtener un fin personal?

w ¿Qué sociedad científica ha decidido “vender” mediáticamente los escasos proyectos que le financian los laboratorios para atraer más dádivas, al caer en picado el apoyo que recibe del sector?

w ¿Qué alto cargo del Ministerio ha lanzado varios mensajes al sector farmacéutico sin que apenas nadie de éste se haya enterado?