Almudena Fernández Madrid | viernes, 15 de abril de 2016 h |

Mucho se habla de la estrecha relación entre nuevas generaciones y nuevas tecnologías (NN.TT.). Una ‘redundancia’ que tiene en Miguel Galán un claro ejemplo. Estudiante de 5º curso de medicina, aficionado a las redes sociales, a los videojuegos y blogger, también ha formado parte en el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), aunque lo haya dejado en la actualidad. Si a algo contribuyen las NN.TT. es a un mundo globalizado. Pese a su juventud, Galán ya sabe lo que es la globalización: nació en México y de lustro en lustro fue viviendo en Moscú, Nueva York y Bruselas, hasta que apareció por España a los 16 años para iniciar el bachillerato.

Pregunta. Aunque tú eres estudiante, ¿qué nota le pones al RD de troncalidad?

Respuesta. No me atrevo a ponerle nota, pero he visto que se intenta poner el tejado antes que la casa, aunque el concepto es bueno. No quiero entrar en la residencia y que sea un Bolonia 2.0.

P. Después de terminar la carrera, MIR o no MIR, ¿esa será tu cuestión?

R. MIR, definitivamente. Me costó mucho tomar esa decisión porque me planteaba hacer la residencia fuera, pero siempre hay tiempo para irte y volver luego es más difícil.

P. Te gusta correr, ¿la “carrera” del MIR será la más difícil de tu vida?

R. Será difícil, pero si tuviese que decir algo bueno de la UAM es que curte bastante, entonces me siento preparado.

P. La navaja de Hanlon, además de dar nombre a tu blog, invita a “no atribuir a la maldad lo que puede ser explicado con la estupidez”. ¿Muchos problemas de esta profesión podrían explicarse con este adagio?

R. Sí, muchas veces tenemos tendencia a pensar que hay una conspiración, que están hablando mal de mí o me han dado más pacientes, cuando lo que falta es comunicación y coordinación.

P. Como aficionado a la informática y la tecnología, ¿qué crees que vendrá después del big data en Sanidad?

R. Todavía no hay casi ninguna aplicación al mundo real. Si de verdad damos ese paso en la medicina predictiva, cobrará mucha importancia la ética. Me da miedo que suceda algo parecido a la película de Gattaca, en la que se modifican los genes humanos y solo los que los tienen perfectos tiene acceso a ciertos trabajos.

P. Te gustan la fantasía y lo futurista, ¿cómo imaginas un futuro perfecto?

R. Star Trek, definitivamente. Es una economía en la que ya no hay necesidades energéticas, la especie humana se dedica a conocer nuevos mundos. Sería idílico un planeta unido en el que explorar lo que quiere decir ser humano para nosotros y avanzar juntos.

P. Precisamente Star Trek intenta demostrar que el hombre no cambiará mucho en 400 años, ¿qué auguras para la medicina a cuatro siglos vista?

R. No sé qué va a pasar ni dentro de 50 años . En 400 es posible que seamos capaces de descargar nuestro cerebro y meterlo en una máquina y hayamos alcanzado la inmortalidad así.

P. Una de las ‘leyes’ de Arthur C. Clarke —que también te gusta— dice que “toda tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”, ¿hay algo de magia en la labor de los médicos?

R. En AP se está empezando a hablar de las consultas sagradas, que son casi un ritual. Conforme avanzan la medicina y la tecnología vamos a dejar de prestar tanta atención a diagnosticar, pero el aspecto humano, casi mágico, que ya se veía en los chamanes, lo vamos a desarrollar más.

P. “Yo no haría eso, Dave” es una frase mítica de Odisea en el espacio, ¿qué crees que debería dejar de hacerse?

R. Descuidar tanto el lado humano.

P. Te gustan los juegos de rol, ¿cuál quieres que sea tu rol en la medicina?

R. Soy un enamorado de la cardiología, me encantan desde su fisiopatología a su tratamiento. Me dedicaría a la práctica asistencial compaginada con docencia, que es lo que más me gusta.

P. En el videojuego en escenarios reales que estás desarrollando en la facultad, ¿qué pantalla está resultando más difícil? ¿Quieres completarlo sin gastar ninguna ‘vida’ o ya lo has hecho?

R. Ya he tenido que reiniciar el nivel varias veces. Me trabé en las anatomías. Empecé la licenciatura, repetí, me pasé al grado y cogí un año con menos asignaturas para sacármelas, así que gasté un par de mis vidas. A partir de las clínicas todo ha ido cuesta abajo, incluso he sacado alguna matrícula. He acabado los niveles difíciles del juego y he bajado a los fáciles.

Lo mejor de la carrera. La rotación por Cardiología en el Hospital de la Princesa.

Un libro. El héroe de las mil caras, de Joseph Campbell. Puede verse reflejado el camino del héroe en el paciente con su enfermedad.

Un videojuego. He estado jugando mucho últimamente a Minecraft.