BARTOLOMÉ BELTRÁN,
Jefe de los servicios
médicos de A3media
| viernes, 04 de septiembre de 2015 h |

La insuficiencia cardíaca, primera causa de hospitalización en
mayores de 65 años

Durante el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) que se ha celebrado en Londres hemos tenido la oportunidad de conocer numerosas novedades que cabe destacar y sobre las que profundizaremos más adelante.

Por un lado, Zebra Technologies y la University Medical Center de Leiden han anunciado el lanzamiento de su solución de seguimiento en tiempo real para pacientes con infarto agudo de miocardio. El período desde que el paciente entra en el hospital hasta que se restablece el flujo sanguíneo, inflando un balón durante la intervención percutánea coronaria primaria, se conoce como tiempo puerta-balón o ‘Door-To-Balloon’ (DTB) y es crucial para la recuperación del paciente.

El jefe de Cardiología M. J. Schalij ha afirmado que esta herramienta “permite monitorizar y evaluar el tiempo puerta-balón en pacientes de infarto de miocardio. El sistema proporciona feedback fiable a tiempo real y ayuda a mejorar la cadena logística en el tratamiento del infarto agudo de miocardio”.

También AstraZeneca ha presentado los datos de un subanálisis del estudio PEGASUS-TIMI 54, en el que se evalúan los efectos de ticagrelor, registrado como Brilique, en la reducción de episodios aterotrombóticos en pacientes que han sufrido un infarto de miocardio, en función del tiempo transcurrido desde la retirada del tratamiento previo con un inhibidor del receptor P2Y12 de la plaqueta.

Los datos, presentados durante una sesión ‘Hot Line’ de actualizaciones de ensayos clínicos, mostraron que la retirada del tratamiento antiagregante con un inhibidor de P2Y12 se asoció a un mayor riego de acontecimientos isquémicos, que incluyeron muerte cardiovascular, infarto de miocardio e ictus.

Al parecer, la miocardiopatía más común era cardiomiopatía hipertrófica (61 por ciento), seguida de cardiomiopatía dilatada (31 por ciento), arritmogénica del ventrículo derecho (5 por ciento) y cardiopatía restrictiva (3 por ciento). Uno de los hallazgos más sorprendentes fue que a 316 pacientes (28,3 por ciento) se le había puesto un desfibrilador cardioversor implantable (ICD).

Precisamente un registro europeo de miocardiopatías encuentra un elevado uso de desfibriladores y pruebas genéticas. “Es la primera vez que tenemos una instantánea de la práctica en las miocardiopatías en diferentes países europeos con sistemas de salud diversos”, destaca el Perry Elliott, profesor en la enfermedad cardiovascular hereditaria.

En la actualidad, una de las prioridades del sistema sanitario en el terreno de la insuficiencia cardiaca (primera causa de hospitalización en mayores de 65 años en España) no es solo atender el momento agudo o inestable del paciente, sino evitar que el paciente reingrese al cabo de un mes, y para ello es necesario reestablecer redes asistenciales con pacientes con insuficiencia cardíaca.

Además de estos estudios sobre insuficiencia cardíaca, tuvo lugar un novedoso simposio sobre la llegada de enfermedades tropicales a Europa, organizada de forma conjunta por la SEC, la Sociedad Interamericana y la European Society. En él se puso de manifiesto cómo estas enfermedades procedentes de países tropicales y de reciente aparición en España, como el dengue, el chagas o virus chikungunya, suponen un reto para SNS.

Finalmente, se debatió sobre “¿Cómo afecta la convivencia de diabetes mellitus e insuficiencia cardiaca?” El primer estudio aporta nuevos datos que apoyan la importancia de diagnosticar la diabetes de forma precoz y realizar un control metabólico más estricto en pacientes con insuficiencia cardiaca, puesto que, como indica el Dr. González-Juanatey, “la coexistencia de diabetes e insuficiencia cardiaca es muy frecuente en pacientes ambulatorios, e identifica a un subgrupo con un pronóstico desfavorable a largo plazo, en los que habría que evitar fármacos que pueden empeorar la insuficiencia cardiaca, como las glitazonas”. Es lo que hay. Seguro.