Reumatología

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R.C. Madrid | viernes, 10 de mayo de 2013 h |

Una investigación liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y en la que también ha colaborado un grupo de investigación de Singapur ha detectado niveles inusualmente altos de anticuerpos anti-CD38 de tipo inmunoglobulina G (IgG) en pacientes con lupus eritematoso sistémico (LES) en fase de remisión. Por el contrario, pacientes en fase de lupus activo presentan niveles bajos de este tipo de anticuerpos anti-CD38.

Un resultado “sorprendente”, asegura Jaime Sancho, investigador del CSIC en el Instituto de Parasitología y Biomedicina López-Neyra y director de este estudio, ya que “normalmente se asocian los anticuerpos a las fases de activación”. De hecho, asegura Sancho, “es la primera vez que en la literatura científica se describe la presencia de estos anticuerpos durante la fase de remisión de la enfermedad”.

Para llevar a cabo esta investigación, que acaba de ser publicada en la revista Cytokine, Sancho y su equipo de investigación contaron con la colaboración de Norberto Ortego, de la Unidad de Enfermedades Autoinmunes Sistémicas del Hospital San Cecilio, de Granada, que les suministraba muestras clínicas de pacientes con lupus que ellos luego cruzaban con los datos obtenidos de sus investigaciones con la proteína recombinante CD38. Y así, comparando estas muestras de pacientes en fase de remisión y fase activa de LES con sujetos control, este equipo de investigación ha llegado a esta importante conclusión dentro de una patología que afecta a 40 de cada 100.000 personas en Europa.

Lo que todavía se desconoce es qué función podrían tener estos anticuerpos en lupus. En opinión de Sancho, “podría ser la de activar o bloquear CD38 e inducir, por ejemplo, la eliminación de linfocitos T autorreactivos o la estimulación de linfocitos B reguladores, que expresan CD38 en su superficie”. Así, en vez de relacionarse con consecuencias negativas, aquí el aumento de anticuerpos podría estar relacionado con alguna función inmunomoduladora.

Además, explica este investigador, este tipo de anticuerpos anti-CD38 podrían ser utilizados en el futuro como biomarcadores, lo que podría “mejorar el seguimiento de aquellos pacientes que se encuentran en fase de remisión de la enfermedad, normalmente sin síntomas aparentes pero con actividad serológica subyacente”.

Para lograr todos estos objetivos, Sancho quiere ahora aumentar la muestra de pacientes y salir del área circunscrita de Granada para hacer un estudio de comparación con pacientes a nivel de España e incluso a nivel mundial. Asimismo, también están trabajando en un modelo experimental de ratón que permita homogeneizar la investigación, dada la enorme variabilidad existente entre este tipo de pacientes con LES.