C. S. Granada | viernes, 10 de junio de 2016 h |

El 90 por ciento de los casos de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) están íntimamente ligados al hábito tabáquico y padecer esta patología incrementa “mucho más” el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón (CP). Pese a estos datos, el número de pacientes sin diagnosticar es todavía del 73 por ciento.

Bernardino Alcázar Navarrete, neumólogo del Hospital de Alta Resolución de Loja, recalcó que, en igualdad de consumo de tabaco, un paciente con EPOC tiene muchas más posibilidades de sufrir un carcinoma de pulmón que otro que no tiene esta patología. Ahora bien, ¿cómo se puede mejorar esta situación?

El facultativo subraya que una de las primeras medidas que se deberían adoptar es la realización de espirometrías tanto en atención primaria (AP) como en especializada. “Es una prueba barata, sencilla, que se puede realizar las veces que se quiera y que se enmarca dentro del paradigma de una buena atención a los enfermos fumadores que consultan AP y que tienen más de 40 años”, apuntó, precisando que la realización de espirometrías permitiría mejorar el diagnóstico de la EPOC.

Si bien es cierto que se cuenta con la Estrategia en EPOC del Sistema Nacional de Salud (SNS) y con directrices autonómicas que inciden en mejorar tanto el diagnóstico, como en popularizar la espirometría en todos los ámbitos de la asistencia sanitaria, es necesario contar con alternativas terapéuticas que permitan a los pacientes tener una mejor calidad de vida y reducir las exacerbaciones.

Con este telón de fondo, se organizó en Granada el debate de las últimas novedades en EPOC ‘Suma Aire’ en el que se presentaron los resultados del estudio FLAME, recientemente publicado en el New England Journal of Medicine (NEJM). Un trabajo comparativo directo entre la combinación de dos broncodilatadores (LABA/LAMA) versus un broncodilatador y un corticoide inhalado (LABA/ICS).

Al respecto, José Miguel Rodríguez González-Moro, director de relaciones institucionales de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), destacó que el uso de indacaterol y glicopirronio bromuro (LABA/LAMA), comercializado por Novartis como Ultibro Breezhaler, reduce un 16 por ciento el riesgo de tener exacerbaciones moderadas-graves.

“También hay que resaltar que, con esta opción, aumenta el tiempo hasta que el paciente sufre una exacerbación en un 22 por ciento”, agregó.

Estos datos fueron valorados por los especialistas como “muy importantes” a la hora de prevenir y controlar las exacerbaciones y para tratar a los pacientes “con menos efectos secundarios, más comodidad y más seguridad”. Aparte, tal y como señaló González-Moro, esta opción “mejora la sensació de disnea y reduce los ingresos hospitalarios”.

A su vez, Bartolomé Celli, profesor de medicina en la Harvard Medical School y director de EPOC del Brigham and Women’s Hospital (Boston), aseguró que mientras que hace unos años se disponía de opciones que debían de administrarse varias veces al día, hoy se cuenta con innovaciones de una dosis diaria, lo cual favorece la adhesión. “Uno de los máximos efectos que se puede obtener con la combinación de indacaterol y glicopirronio bromuro es que los pacientes serán mucho más cumplidores”, añadió.

Celli expuso que en Estados Unidos mueren más personas a causa de la EPOC que por CP (138.000 versus 127.000) y, en relación con el costo global de salud, la EPOC se sitúa en segundo lugar y el cáncer de pulmón en quinta posición.

Los expertos subrayaron que salvo para pacientes con síntomas “muy leves”, esta será la opción base para cualquier persona con esta patología.