CARMEN M. LÓPEZ Madrid | viernes, 10 de junio de 2016 h |

Aunque el ministerio de Sanidad no les haga, en ocasiones, demasiado caso, la sanidad sindical no puede decir que no recolecte sus frutos (Ver GM nº 498 y 540). Víctor Aznar ara su tierra y recoge naranjas, de las que puede presumir ser un experto. De enfermería también controla, y por ello, no deja en barbecho los temas profesionales, que también intenta arreglar como buen ‘manitas’ que es.

Pregunta. No eres el único del sector profesional que tienes un huerto, ¿es casualidad?

Respuesta. Desde hace mucho tiempo veraneo en la costa, pero no me gusta la playa, por lo que tenía que buscar un término medio entre mi mujer y yo: el ocio fueron las naranjas. Cuando me casé lo primero que compramos fue un piso y un huerto. Lo tuve que dejar por motivos del sindicato de viajar por toda España, porque el huerto hay que cuidarlo. Ahora lo he retomado y me encargo los fines de semana.

P. ¿Gestionar un huerto es comparable con la gestión profesional?

R. Te ayuda a desconectar, que es importante, porque si no llegas al Síndrome de Estocolmo con los temas. Para oxigenarte y conseguir ver las cosas de otra manera sí que ayuda. Es como la vida, hay que trabajar la tierra, mimarla, mejorarla, y si algo se queda por el camino al final has fracasado en la cosecha.

P. ¿Vitamina C podrás prescribir?

R. No me dejan prescribir. Lo hacemos todos los profesionales día a día por vocación, para poder dar respuesta a lo que los ciudadanos nos piden.

P. También eres un manitas y te gusta arreglar las cosas en tu casa. ¿La prescripción enfermera tiene arreglo?

R. Creo que sí. Al final las élites de las organizaciones tienen que tener una coherencia —siempre hablamos de la élite médica, no de los profesionales que día a día tienen la asistencia—. Al final nos daremos cuenta de que hay que buscar un espacio común de colaboración y el eje principal es el paciente. En todos los Parlamentos han hecho una PNL para aprobar la reforma del decreto. Al final habrá una coherencia.

P. ¿Qué herramientas hacen falta para arreglar las condiciones laborales?

R. Sensibilidad política. El gran problema es que los responsables de los partidos son médicos, los responsables de los hospitales también, así como la mayoría de los consejeros… El sistema está excesivamente medicalizado. Tiene que entrar savia nueva. Hay que entrar en una coherencia y responder a lo que de verdad nos debemos las profesiones.

P. La precariedad laboral está pasando factura, ¿requiere de llave inglesa o hace falta tecnología más precisa?

R. Las dos cosas. Es muy grave la situación. Es muy triste cuando ves que muchos países solicitan enfermeros españoles. El SNS se dedica a formar profesionales, gastamos recursos y los enviamos fuera, porque es la única salida que tienen. No es coherente. España es un país inteligente, pero nos gusta mucho improvisar.

P. Como responsable de Satse y parte activa de la Mesa Estatal de Enfermería (MEE), ¿recoges lo que siembras?

R. Muy lentamente, es una cosecha muy larga. Estamos aprendiendo. Debe ser que el cambio climático nos afecta y las cosechas se estropean.

P. ¿Qué tiene que plantar el nuevo inquilino del ministerio en el SNS?

R. Cordura y diálogo. El gran problema de la sanidad es que está politizada y, al final, el ministro es el que menos peso tiene en el Gobierno. Hay que tomar a la sanidad en serio y el ministerio de Sanidad tiene que coordinar el sistema público y privado. Hace falta más diálogo con profesionales y ciudadanos.

P. ¿Se han estropeado los frutos del huerto de la profesión médica?

R. Sí, yo creo que sí. Creo que la profesión médica tiene que bajar a lo terrenal. Tenemos muy buenos médicos que tienen que saber trabajar más en el equipo multidisciplinar. Al final esto enriquece no empobrece.

¿Naranja, limón o pomelo? Naranja.

¿Qué no falta en tu caja de herramientas? Un atornillador.

¿Algo que arreglar en el SNS antes de que se estropee? El compromiso político.

¿La GC tiene que ser….? Multidisciplinar.

¿Dónde te ves en unos años? En mi huerto.