| miércoles, 08 de mayo de 2013 h |

La migraña crónica es una de las enfermedades más discapacitantes, que si bien no reviste gravedad, afecta en gran medida a la calidad de vida de los pacientes. Más del 6% de los pacientes con migraña en Europa padecen en realidad migraña crónica. Se trata del motivo de consulta más importante en los servicios de neurología en nuestro país, y como explica el doctor Julio Pascual, director del Área de Neurociencias y profesor titular de Neurología del Hospital Universitario Central de Asturias, “los pacientes con migraña crónica no sólo sufren este dolor, sino que padecen también otras enfermedades asociadas como la ansiedad o la depresión con una frecuencia hasta tres veces mayor que la migraña episódica”. Por esto, se trata de casos con una especial dificultad de tratamiento, que requieren un manejo diferente del que se le da normalmente a la migraña episódica (se considera episódica cuando cuando presenta menos de tres ataques al mes). Así, según un estudio realizado por el Hospital Clínico Universitario de Valencia, el tratamiento con toxina botulímica tipo A es el más eficaz como preventivo, y Allergan ha presentado esta semana la aprobación de su reembolso en España. Este tratamiento consigue disminuir en ocho días los que estos pacientes sufren episodios graves de migraña, así como las horas de dolor; teniendo además una gran tolerabilidad al tratamiento ya que sus efectos adversos son pocos y localizados.

El proceso consiste en la inyección de toxina botulímica tipo A de forma periódica en las diferentes zonas en las que aparece el dolor, como los nervios supratroclear y supraorbital, así como en otros puntos de la región temporal y occipital afectados por la migraña. Esta toxina inhibe los neurotransmisores que provocan los ataques, y funciona en todos aquellos problemas provocados por una hiperexcitabilidad de los nervios periféricos.

Por su parte, uno de los principales problemas de esta patología es el infradiagnóstico, debido a dos factores como son la baja consulta por parte de los pacientes y la dificultad de detección por parte de los profesionales, para los que se ha puesto en marcha un programa de formación continuada que, tal y como asegura el doctor Julio Pascual, ha tenido una gran acogida entre las sociedades científicas ya que la migraña es a veces un área infravalorada: sólo está diagnosticado el 20% de los casos. Muchas veces la confusión viene dada por los similitud con los síntomas de la cefalea de tensión, y con los casos de la denominada “cefalea mixta”. Por ello, el método que mejores resultados ha presentado es que estos especialistas soliciten un calendario a los pacientes, en el que se reflejan los días con dolor y sobre todo, los días en los que no lo sufren, ya que esto permitirá detectar si se trata de migraña crónica. En este calendario además se reflejan el resto de patologías asociadas, de forma que es posible ajustar el tratamiento e impedir la sobredosis de pastillas, ya que en muchas ocasiones el abuso de analgésicos es uno de los factores que cronifican la enfermedad. “Es necesario simplificar el tratamiento, la cantidad de pastillas, para mejorar la calidad de vida de los pacientes y no sólo su dolor”, afirma la doctora Margarita Sánchez del Río, responsable del Programa de Cefaleas del Hospital Ruber Internacional.

En cuanto a otro de los beneficios que supone este reembolso del tratamiento preventivo contra la migraña crónica, es el ahorro que supone para el Sistema Nacional de Salud, ya que debido a la dificultad de diagnóstico de los pacientes afectados, éstos consumen muchos medios; acuden con frecuencia a las consultas de urgencias y solicitan numerosas pruebas de neuroimagen. En definitiva, un paso más en el abordaje de una de las enfermedades con más prevalencia en la sociedad actual.