Almudena Fernández Madrid | viernes, 24 de julio de 2015 h |

El Centro de Atención Primaria (CAP) Roquetes-Canteres, en Barcelona, es uno de los 16 de Cataluña en los que se ha puesto ya en marcha el Proyecto COMSalut, que busca un beneficio global para la comunidad partiendo del bienestar de cada individuo.

María Martínez, directora de este CAP, explica a GM que su centro lleva ya diez años potenciando la medicina comunitaria al estar situado en un barrio socioeconómica y culturalmente deprimido. Sin embargo, COMSalut extenderá esta forma de trabajar a todos los centros de salud de la región, abordando no solo las dificultades o problemas asociados a enfermedades, sino los activos de salud que la propia comunidad tiene.

En esta línea, incidió en que se trata “de ir más allá” de la pura prescripción médica tradicional para poder hacer énfasis en la promoción de los hábitos saludables, prevenir enfermedades y mejorar las condiciones de vida. Y es que se estima que el 80 por ciento de los factores que determinan la salud están fuera del sistema sanitario y, por eso, se requiere de un trabajo intersectorial y una implicación dentro del gobierno y en el conjunto de la sociedad. Y es que, además de los individuales —como pueden ser la edad, el sexo y los factores constitucionales—, influyen en gran medida otros parámetros como los estilos de vida, las redes sociales, la alimentación, la educación, el medio laboral, las condiciones de trabajo, el desempleo o el agua, en los que no puede incidir el sistema sanitario en exclusiva, sino que se requiere de un abordaje y compromiso de la comunidad en su conjunto.

Plan de acción

Concretamente, en este barrio barcelonés se planteó la creación de un plan de acción comunitaria dentro del que este centro de salud es una pieza más. Éste se estructura en distintas mesas de trabajo. Una de ellas es de salud y está compuesta por estos sanitarios junto con el Punto de Información de la Mujer, los Servicios Sociales y la Agencia de Salud Pública de Barcelona, que ha colaborado en el impulso del mismo.

El primer paso es hacer un diagnóstico de salud de la región, y una vez analizada la situación en la que se encuentra el sistema, se diseñan los proyectos que se deberán priorizar y se trabaja de forma confluente entre los distintos actores que forman el grupo para desarrollar un escenario más saludable.

Martínez incidió también en que en los modelos de los determinantes de salud, el impacto que tiene el sistema sanitario sobre la mortalidad es solo de un 11 por ciento, mientras que los estilos de vida contribuyen en un 43 por ciento y el entorno en un 19, por lo que si se actúa sobre el entorno y los estilos de vida se estará rebajando la tasa de mortalidad de la población de una manera mucho más efectiva.

Cambio de modelo

Esta perspectiva supone además un cambio de modelo porque no fomenta la dependencia, no acude el paciente al servicio y se le dice lo que tiene que hacer, sino que cuando va, los profesionales sanitarios piensan con él qué cosas puede hacer de una manera diferente, si no practica ejercicio, no tiene una buena alimentación, está solo en casa y no se relaciona, etc., en definitiva, qué tipo de aspectos es conveniente que mejore. Así, se llega a un consenso con la persona y se le ofrecen todas las posibilidades que hay para ello en su entorno inmediato pues, previamente, desde el centro de salud se ha elaborado un mapa de activos de salud en los que puede participar el paciente de forma fácil, accesible y, además, muchas veces de forma gratuita. Para ello, tienen controladas las posibilidades que ofrecen, entre otras, las asociaciones de vecinos, la parroquia, los clubes, los grupos culturales, las escuelas, las bibliotecas y las piscinas y polideportivos. “Se trata de hacer fácil y accesible la opción que es más saludable”, incide la directora del CAP Roquetes-Canteres.

Actividades identificadas

En concreto, tienen identificadas 25 actividades de promoción física y de relajación; 23 artísticas o manualidades que potencian la socialización y la creatividad, ya que se sabe que de esta forma mejora la capacidad y la autoestima de la persona y, por tanto, la salud y el bienestar; y 18 actividades terapéuticas como grupos de relajación y de contención, pues se ha realizado “un esfuerzo” importante por paliar el malestar que genera la crisis económica en el barrio intentando no medicalizar a las personas, sino llevando a cabo una acogida biopsicosocial y haciendo contención emocional y apoyo conjunto desde la atención primaria, la salud mental, Barcelona Activa o Salud Laboral.

En cuanto a la respuesta de los pacientes, asegura Martínez que siempre ha sido muy positiva, ya que generalmente se implican en estos cambios de hábitos y, por tanto, ven mejorada su salud.

El Proyecto COMSalut es una iniciativa de medicina comunitaria enmarcada en el Plan de Salud 2011-2015. La Conselleria de Salud de la Generalitat de Cataluña incluyó en su cartera de servicios financiados la prescripción social, que prevé que los médicos puedan indicar actividades sociales y de ocio en beneficio de la salud de sus pacientes.

Para ello, el conseller de Salud, Boi Ruiz; el director del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut), Josep María Padrosa; el secretario de Salud Pública, Antoni Mateu, y representantes de las entidades proveedoras del sistema sanitario de Cataluña, firmaron un convenio en este sentido.

La iniciativa arrancó ya este mes de julio en 16 equipos de atención primaria repartidos por todo el territorio catalán, y el objetivo es que en un plazo de tres años se haya extendido progresivamente por toda la comunidad. Y es que la región tiene ya experiencias de éxito en este sentido, pero desde ahora estarán reconocidas dentro de la cartera de servicios de los centros de salud.