josé a. rodríguez Barcelona | viernes, 22 de enero de 2016 h |

Expertos de todo el mundo se han reunido en Barcelona durante la “Conferencia sobre Oncología Ginecológica 2016: Progresos y Controversias”, celebrada por prIME Oncology, con el fin de debatir sobre las últimas novedades en el diagnóstico y el tratamiento de estas patologías. Uno de los principales temas ha sido el de las terapias en investigación más prometedoras para el cáncer de endometrio (CE). Como señaló Andrés Poveda, director del Área Clínica de Oncología Ginecológica del Instituto Valenciano de Oncología (IVO), “la reciente clasificación molecular de esta patología está permitiendo afinar mucho más en la investigación”. Poveda recordó que los subtipos moleculares de cáncer de endometrio son el POLE ultramutated, el microsatellite instability (MSI), el copy-number low y el copy-number high.

Gracias a que los investigadores conocen mucho mejor las características moleculares de esta neoplasia, se están llevando a cabo estudios con inhibidores de PI3K, “ya que las mutaciones de esta proteína son frecuentes en esta enfermedad”, señaló Poveda. Asimismo, en las pacientes con cáncer de endometrio es frecuente encontrar elevados niveles de receptores de folato. “El desarrollo de los inhibidores de estos receptores se abandonó hace tiempo, pero se ha retomado”, dijo Poveda. Además, recientes estudios han mostrado que los inhibidores de PARP ofrecen buenos resultados en cáncer de ovario seroso con mutación BRCA. PARP es una enzima que permite que la célula repare daños en su ADN. El objetivo de estos inhibidores es eliminar las células cancerosas impidiendo que se ayuden de PARP para reparar su información genética. Como apuntó el oncólogo, es posible que estos inhibidores también puedan ser eficaces en los tumores de endometrio con mutaciones BRCA.

También se está trabajando en inhibidores de mTOR, que bloquean la activación de la proteína mTOR (mammalian target of rapamycin), lo que evita la muerte programada de las células. A juicio de Poveda, las investigaciones centradas en los inhibidores de mTOR “son las que están más avanzadas”. En julio de 2015, el grupo publicó un estudio randomizado fase 2 con 130 pacientes en el Journal of Clinical Oncology en el que se comparaba ridaforolimus (en desarrollo por MSD) con cualquiera de los tratamientos estándar elegidos por los investigadores. Poveda explicó que “la supervivencia libre de recaída en el grupo de ridaforolimus disminuyó un 47 por ciento con respecto cualquier otro fármaco”.

Investigación en cáncer de ovario

En el campo del cáncer de ovario, Antonio González, jefe de Servicio de Oncología Médica del MD Anderson Cancer Center Madrid, avanzó algunas de las conclusiones del 5º Consenso en Cáncer de Ovario, del Intergrupo en Cáncer Ginecológico, que incluye a expertos de diferentes sociedades internacionales. “Las conclusiones se publicarán en primavera, y una de las principales es que es necesario incluir en los ensayos a las pacientes ancianas o frágiles, un grupo que hasta ahora no estaba suficientemente representado”. Este consenso pone el foco en la necesidad de tener en cuenta la clasificación molecular en los ensayos. Aparte de realizar estudios específicos en las citadas pacientes, “es necesario investigar más en los tumores más raros”, dijo González. Además, “queda establecido el relevante papel BRCA como factor pronóstico y predictivo en cáncer de ovario”, señaló este experto.

También en esta neoplasia, se comentó que una de las complicaciones más graves es que se produzca metástasis en el abdomen y, más concretamente, en la cavidad pleural. Como explicó Luis Chiva, jefe de Servicio de Cirugía Ginecológica del MD Anderson Cancer Center Madrid, “las mujeres que tienen cáncer de ovario presentan una supervivencia media de unos 44 meses”. Cuando la cirugía en el abdomen es eficaz en caso de metástasis en esta zona, “la supervivencia se puede alargar unos 30 meses más”, señaló.

Pero este especialista quiso poner el énfasis en que “la literatura sobre este tema muestra que si se lleva a cabo un citorreducción completa, se puede prolongar todavía más su supervivencia”. Cuando la enfermedad torácica es de pequeño volumen y se encuentra en el estadio 4, “al lograr la limpieza completa dejando residuo microscópico en el abdomen, se puede multiplicar por dos o tres la supervivencia”, apuntó. Es importante, en todo caso, seleccionar bien a las pacientes que se pueden beneficiar de este tipo de cirugía torácica. Para evaluar el grado de la enfermedad, es necesario extraer líquido de la pleura y realizar estudios de imagen con Pet-Tac y resonancia magnética. Como indicó Chiva, en su centro están empleando una técnica de imagen que recibe el nombre de “resonancia magnética de todo el cuerpo con técnica de difusión” y que permite ver con detalle los implantes peritoneales y de la pleura.

Asimismo, insistió en que es evidente que hay que descartar para este tipo de intervenciones a las pacientes que presentan un derrame pleural masivo, “ya que no tiene sentido plantearse una cirugía del tórax si no se puede garantizar que se va a dejar bien limpio el abdomen”.

Otro de los temas sobre los que se ha debatido en cáncer de ovario es el de la necesidad o no de realizar una endoscopia torácica para evaluar la cantidad de enfermedad. Chiva comentó que, en lugar de llevar a cabo esta prueba, “se puede aprovechar la propia cirugía abdominal para abrir una pequeña ventana en el diafragma para estudiar el tórax a través de ella”.

El especialista del MD Anderson también comentó un aspecto relevante en lo referente a la atención paliativa de las pacientes que han sufrido un derrame pleural. “Cuando se produce una carcinomatosis pleural, las pacientes tienen serios problemas para respirar”. En estos casos, se puede dejar un catéter o “realizar una pleurodesis mediante la introducción de talco, lo que permite que se deje de producir líquido y la paciente puede respirar mejor”.

El inhibidor de mTOR ridaforolimus ha demostrado en un ensayo en fase 2 que mejora la supervivencia en CE

La citorreducción completa logra prolongar de forma considerable la supervivencia en cáncer de ovario