Juan Pablo Ramírez Madrid | viernes, 13 de noviembre de 2015 h |

Emilio Bouza es un señor de los pies a la cabeza, de los de antes. Se le puede ver por el Gregorio Marañón con su pajarita al cuello y con la pluma estilográfica siempre preparada.

Pregunta. Es poco habitual ver todavía a alguien con pajarita…

Respuesta. Es mucho más higiénico. La corbata va colgando y si ves heridas se balancea sobre el paciente. Es la razón por la que los antiguos médicos y especialmente los que se dedicaban al mundo de la infección la utilizaban,

P. ¿Pero no está un poco pasada de moda?

R. Sí, es un elemento más como cierre de cuello. Si voy a salir a cenar prefiero la corbata, pero para ver pacientes me encuentro más cómodo con la pajarita.

P. ¿Temes que la sanidad pública se pase también de moda?

R. No lo creo, no puede pasarse de moda. Creo que es el asunto más importante para los españoles y un derecho constitucional.

P. En su día te opusiste con fuerza a la externalización, ¿crees que se ha pasado el riesgo de infección?

R. No, ha pasado ni pasará nunca. Solo vale estar alerta. Es probablemente la mayor consecución social que España ha alcanzado en el último medio siglo. El daño que se hizo no lo va a perdonar una parte de la sociedad.

P. ¿Se le ha atado demasiado fuerte el nudo al profesional?

R. La crisis económica nos ha afectado a todos, pero si hay un sector que la ha sufrido menos es el sanitario público. Creo que los profesionales nos podemos quejar un poquito menos.

P. Por si fuera poco con la pajarita, también eres aficionado a la colección de estilográficas en un contexto en el que parece que solo se puede escribir con un dispositivo móvil.

R. Todo empezó hace muchos años cuando mi padre me regaló algunas plumas y comencé a coleccionar. Me gusta sobre todo el componente de taller y reparación.

P. Con lo sencillo que es el ordenador sin miedo a que se desparrame la tinta…

R. Me gusta lo que una estilográfica significa. Supone la labor más elevada de un ser humano, que es su capacidad intelectual expresada en la escritura. Cuando a uno le regalen una pluma o adquiere una estilográfica de un ser humano que no ha conocido, creo que se transmiten unas vibraciones especiales.

P. ¿Qué escribes con pluma y qué con ordenador?

R. Cada vez que tengo que hacer un trabajo creativo, como la construcción de artículos científicos o corregir y discutir proyectos, me gusta trabajar con estilográfica, tijera y pegamento. La pluma es la prolongación natural de la cabeza y de la mano. No te distrae, y luego se pasa al ordenador.

P. ¿Qué repararías del SNS?

R. La imagen de los hospitales, su cuidado, su mantenimiento… Parece que es más fácil hacer hospitales enteros que dar una mano de pintura a los pasillos. La necesidad de que los pacientes tengan su intimidad garantizada cuando peor lo están pasando.

P. Estilográficas y microbiología, ¿siempre vas al detalle?

R. El mundo microscópico es enormemente rico y variado. Cuando mis compañeros en el hospital me preguntan que cómo van los bichos les contesto que los microscópicos van bien, yo les temo más a los grandes.

P. Siendo consciente de tanto microbio, ¿no te sientes rodeado?

R. No, al revés, tengo el oficio más bonito que puede desear un ser humano.

P. Decía Fleming que “si la penicilina puede curar a los enfermos, el vino puede resucitar a los muertos”, ¿qué te parece el tratamiento?

R. (Risas) El vino está bien en su debida cantidad. El español es de los pueblos que bebe mejor, porque no lo hace para emborracharse.

¿Un color para la pajarita o la corbata? El azul, el rojo y el amarillo, y si me apuras el gualda.

¿Un deporte? Me gusta la bicicleta de montaña. Una de mis aficiones es recorrer la ‘piel de toro’.

¿Una ruta? El Camino de Santiago, que lo suelo hacer todos los veranos con un grupo de amigos.

¿Por dónde se perdería? Por Europa o por mi tierra, Galicia, por algunas de sus corredoiras.

¿Qué compañeros escogería para la bici? Con Santiago Ramón y Cajal, que debía ser un tío estupendo y cachondísimo. También me gustaría darme un paseo con la Reina Isabel II.

¿Y algún personaje más actual? Con alguno de los misioneros anónimos españoles.