C.M.L. Madrid | viernes, 11 de marzo de 2016 h |

A diferencia de los esfuerzos de las administraciones por asegurar la continuidad asistencial entre primaria y especializada, la realidad indica que la colaboración entre ambos niveles no es óptima en algunas áreas. Todo ello es consecuencia de la falta de criterios comunes a nivel nacional para abordar al paciente anticoagulado. Así lo ha reflejado el Informe Samoa, elaborado por Boehringer Ingelheim, que además ha detectado carencias en el seguimiento del paciente anticoagulado, una falta de formación en anticoagulación, sobre todo en el ámbito de la atención primaria.

Según el informe, el tratamiento anticoagulante se indica al 42 por ciento de los pacientes con fibrilación auricular ya en el centro de salud. En el resto de los casos, se derivan a servicios especializados. En un importante número de casos es el médico de primaria quien inicia esta terapia. Además, en el proceso de derivación al especialista, actualmente transcurren dos días para uno de cada cuatro pacientes. Sin embargo, para el 34,5 por ciento a los que se detecta fibrilación auricular transcurren más de nueve días hasta que son atendidos por un especialista.

Según Vivencio Barrios, presidente de la sección de Cardiología Clínica de la Sociedad Española de Cardiología,el tiempo transcurrido en la derivación del paciente a cardiología es heterogéneo.

Una vez indicado el tratamiento anticoagulante, la mayor parte de los pacientes reciben un seguimiento compartido entre primaria y especializada.A pesar de ello, los profesionale detectan una falta de coordinación, especialmente en el caso de los pacientes tratados con NACOs o ACODs en relación a los tratados con anticoagulantes Anti Vitamina K.

El estudio advierte de que se aprecia una carencia de protocolos para el seguimiento de pacientes anticoagulados.En opinión de los profesionales, los pacientes también reciben una educación sanitaria insuficiente sobre su situación. La provisión de equipamientos de los centros de salud y centros hospitalarios tampoco se ajusta a las necesidades de estos pacientes. Un 81 por ciento de los centros hospitalarios analizados carece de unidad de anticoagulación.