EP Madrid | jueves, 17 de marzo de 2016 h |

Un equipo internacional dirigido por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Ginebra (Unige), en Suiza, describe en ‘Nature’ cómo nuestras células se defienden a sí mismas contra la infección por el virus de la hepatitis B (VHB) y cómo el virus también se defiende.

Este trabajo representa un importante avance en nuestra comprensión del VHB y sugiere nuevas vías para el desarrollo de agentes terapéuticos nuevos.

El VHB, que es hasta cien veces más infeccioso que el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), se transmite principalmente a través de la sangre u otros fluidos corporales, infectando las células del hígado, y la infección crónica puede conducir a problemas de salud graves como la cirrosis o el cáncer de hígado.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la hepatitis B crónica afecta a casi 240 millones de personas en todo el mundo, matando a casi 800.000 personas al año. Existen medicamentos para tratar el VHB, pero rara vez curan la infección, por lo que el virus normalmente vuelve después de que termine el tratamiento.

Nuestras células producen un gran número de proteínas de defensa para protegernos de los virus. Los llamados “factores de restricción” son una primera línea de defensa contra las infecciones virales y constituyen un componente importante de la respuesta inmune innata, pero se sabe poco acerca de cómo nuestras células se defienden contra el VHB y qué factores de restricción están involucrados.

Después de infectar las células del hígado, el genoma del VHB circular se desplaza al núcleo celular, donde permanece, como un círculo, independiente de los cromosomas de la célula. El profesor Michel Strubin, microbiólogo de la Facultad de Medicina de la Unige, en colaboración con la Universidad de Lyon (Francia) y Gilead Sciences, Inc. (en Foster City, California, Estados Unidos), descubrió que después un complejo de proteínas del huésped (SMC5/6) reconoce el genoma del VHB y actúa como un factor de restricción para impedir la producción de nuevos virus.

Pero el virus sabe cómo defenderse. “Si la historia terminara ahí, ya no existiría el virus. Eso sería sin contar con su notable capacidad de adaptación . El virus contraataca produciendo una pequeña proteína, llamada proteína X, cuya función es destruir SMC5/6. Tiene la capacidad de llevar este factor de restricción a una parte de la célula que actúa como un bote de basura y se deshace de él”. Con SMC5/6 eliminado, pueden producirse nuevas partículas virales para infectar las células vecinas.

Este trabajo plantea la posibilidad de desarrollar nuevos agentes terapéuticos que se dirijan a la proteína X e impidan que el virus escape de las defensas de células hepáticas. “La comprensión de este mecanismo proporciona nuevas posibilidades terapéuticas. La investigación continúa para aplicar este descubrimiento fundamental para el desarrollo de fármacos innovadores que podrían inhibir la proteína X”, destaca el doctor Simon Fletcher, de Gilead Sciences.

Además, este mecanismo podría aplicarse a otros virus. De hecho, los virus del herpes o del papiloma humano tienen, al igual que el VHB, genomas circulares que son independientes de los cromosomas de la célula.

Los investigadores están trabajando ahora para determinar si SMC5/6 puede dirigirse a estos virus y, a su vez, si los virus se defienden. Si es así, prevenir las proteínas virales que destruyen SMC5/6 puede ser una estrategia útil para prevenir una variedad de enfermedades que afectan negativamente a la salud de millones de personas en todo el mundo.