Pregunte en otra ventanilla”. Esta es la respuesta, o sensación, que suele experimentar la profesión farmacéutica cuando plantea a las Administraciones Públicas qué hay ‘de lo suyo’. En especial si esas reclamaciones versan sobre posibles medidas a implantar, o erradicar, en el ámbito económico.
Por ello, es de celebrar que Comunidad de Madrid haya dado muestras de querer atender en su ‘ventanilla’ y no derivar a otras a sus cerca de 3.000 oficinas de farmacia. Tal como anunció en el recien clausurado Infarma 2018 el consejero de Sanidad regional, Enrique Ruiz Escudero, su departamento junto a la Consejería de Hacienda y el Colegio de Farmacéuticos van a a constituir grupos de trabajo para estudiar las necesidades económicas de estos establecimientos y valorar actuaciones a emprender que garanticen la viabilidad de la red.
Al margen de los acuerdos que puedan derivarse de estos grupos, este paso dado por Comunidad de Madrid es de valorar. Puede tratarse de una oportunidad histórica de revisar la viabilidad económica de las farmacias. Una revisión que otras Administraciones no se han ‘atrevido’, siendo generosos, a afrontar.
Se trata de una causa justa. Tal como recuerda el presidente del COF de Madrid, Luis González, la farmacia ha permanecido en “primera línea” en los peores momentos de crisis e insostenibilidad del SNS. Manteniendo la asistencia y el empleo de calidad. Cuando se le han pedido esfuerzos económicos y cuando directamente se les ha obligado a ellos. No conviene olvidar que algunos de estos esfuerzos se presentaron como “temporales” y han acabado perpetuándose en el tiempo. Véase el RD 5/2000 y sus ya 18 años de ‘vida’.
No es solo el 5/2000. Son también los precios de referencia, las deducciones, el trasvase de medicamentos al hospital, las farmacias VEC… Todo debe ponerse sobre la mesa. Querer hablarlo es un primer, y positivo, paso.
La creación de un grupo de trabajo entre Gobierno y COF es una oportunidad histórica para revisar las necesidades de las boticas
