| viernes, 23 de febrero de 2018 h |

Desde hace ya algún tiempo el Plan de la Hepatitis C avanza cojo. Con la llegada de los nuevos tratamientos para el eliminar el virus de la hepatitis C (VHC) se puso todo el énfasis en la pata farmacológica del plan y se olvidó la otra gran extremidad, el diagnóstico de la enfermedad.

Nadie duda de que los resultados han sido espectaculares. Más de 95.000 pacientes han sido tratados y curados en España gracias a los nuevos medicamentos. Sin embargo, no es suficiente. El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas deben reactivar las otras líneas del plan, como la prevención y el diagnóstico precoz.

La Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH) ha manifestado que el método más coste-efectivo para el diagnóstico de la enfermedad es la implantación de un cribado poblacional. En el caso de los adultos mayores de 20 años no expuestos a prácticas de riesgo bastaría que se sometieran a la prueba una vez en la vida. La implementación de esta iniciativa es clave para la consecución de los objetivos de la Organización Mundial de la Salud en cuanto a la eliminación de las hepatitis víricas. La AEEH estima que si no se pone en marcha un programa de cribado nos podríamos encontrar con una bolsa de 161.000 personas infectadas por el VHC y que desconocen que sufren la enfermedad.

Esta cifra nos situaría muy lejos del objetivo, a pesar del gran esfuerzo que han llevado las comunidades autónomas durante estos años para la adquisición de medicamentos contra la enfermedad. La gran inversión que se ha hecho en estos años podría caer en saco roto. Y todo por una prueba cuyo coste asciende a un euro, aproximadamente. El Ministerio de Sanidad parece convencido ya y podría tomar la iniciativa, una vez que se conozcan los datos del estudio de prevalencia en el que trabaja con las comunidades autónomas.

No debe retrasarse más. Los pasos de la Administración se traban con bastante facilidad en los procesos burocráticos. Una reacción tardía podría tener consecuencias muy negativas para el futuro. Un modo de agilizarlo sería la colaboración con la atención primaria. Las tres sociedades científicas del primer nivel asistencial han presentado su disposición para ayudar en el diagnóstico, a pesar de la enorme carga asistencial a la que se enfrentan en la actualidad. Es el momento de darles más iniciativa.