Congreso Internacional del Hígado

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J.R-TAGLE Enviado especial a París | viernes, 13 de abril de 2018 h |

Cribado, cribado, cribado, y una pizca de tratamiento pangenotípico. Esa es la receta más repetida entre los hepatólogos para alcanzar el reto de la eliminación del virus de la hepatitis C. Así se repitió hasta la saciedad durante la celebración anual del Congreso Internacional del Hígado, celebrado en París durante la semana pasada. La Organización Mundial de la Salud ha encomendado a los Estados emprender el viaje de la eliminación para culminarlo en 2030, una fecha que puede ser adelantada, y con creces (sobre el 2025), si se acometen las políticas necesarias.

La primera de ellas, y que figura como tarea pendiente en el panorama español, es impulsar el cribado para sacar del olvido a todos aquellos pacientes que no han sido diagnosticados aún. Las cifras actuales que maneja la OMS no dejan espacio a más titubeos: se debe llegar al 90 por ciento de pacientes diagnosticados y en la actualidad se ronda el 50 por ciento. Los hepatólogos, además, coinciden en que el modelo idóneo es el cribado universal, que además señalan como coste-efectivo sea cual sea el rango de edad en el que se encuentro el potencial paciente. Además, para no perder parte del recorrido emprendido por varios países europeos, entre los que se encuentra España, se insta a acometer esta política de cribado dentro de los próximos dos años y la recomendación es que se incluya dentro de la cartera de servicios de los sistemas de salud nacionales.

Una vez superada esta “fase primordial”, el siguiente paso que deben seguir los Estados (según los hepatólogos) es apostar por tratamientos pangenotípicos. Estos medicamentos, que son la última fase hasta hoy de la revolución de antivirales que comenzó a finales de 2014, presentaron además unos estudios que, además de avalar su eficiencia, relegan a la ribavirina al ostracismo debido a su toxicidad. De hecho, una de estos medicamentos fue aprobado por el Ministerio de Sanidad el pasado año, una prueba tranquilizadora si se atiende a lo que demandan los hepatólogos patrios e internacionales.

Mejores resultados para el genotipo 3

Los pacientes de hepatitis C del genotipo 3 son menos comunes en España y, lo que es peor, es un genotipo con altas probabilidades de derivar en cirrosis y cáncer de hígado. Un estudio presentado por la hepatóloga María Buti durante el Congreso Internacional del Hígado trae un horizonte de mejor esperanza para este suptipo de pacientes. A lo largo de 2017 se ha analizado el comportamiento de 101 pacientes naive bajo el tratamiento de sofosbuvir/volpatasvir con unos resultados que rondan el 90 por ciento de éxito. En concreto, y según explicó esta experta, tras una terapia de 12 semanas con esta combinación, el 89 por ciento respondieron con éxito mientras que si a esta combinación se le sumaba ribavirina el porcentaje aumentaba en tres puntos. Sin embargo, en opinión de Buti, “esta diferencia no es comparable a la toxicidad asociada al uso de ribavirina”.

En suma, los pacientes con genotipo 3, hasta ahora uno de los que más dificultades presentaba para los últimos antivirales conocidos, hoy tienen una perspectiva más favorable gracias al uso de la combinación explicada por Buti.