J. Ruiz-Tagle Madrid | miércoles, 28 de marzo de 2018 h |

En política farmacéutica, la evidencia científica confirma que la introducción de nuevas terapias puede generar ahorros. Así lo muestra un informe elaborado por la Fundación Weber, con el apoyo de la patronal Farmaindustria.

En ‘El valor del medicamento desde una perspectiva social’ se recogen numerosos ejemplos de alcance nacional e internacional donde se pone de manifiesto los ahorros generados a los sistemas de salud gracias al uso de nuevas terapias. “Muchos de los medicamentos pueden generar ahorros netos en los costes directos sanitarios, al evitar recaídas, reducir los eventos adversos o aminorar los efectos secundarios de la medicación, reduciendo así las visitas médicas, las visitas a urgencias o las hospitalizaciones”, según explican en este trabajo.

Uno de los primeros ejemplo que fundamenta esta aseveración es el análisis realizado sobre el gasto farmacéutico de hospital en España. “Un análisis realizado por Farmaindustria determinó que el aumento del gasto farmacéutico hospitalario producido entre 1999 y 2005 generó una mayor reducción en el resto de áreas de gasto hospitalario, derivando en un ahorro neto de costes hospitalarios. En concreto, se estima que por cada 10 por ciento de incremento promedio del gasto farmacéutico hospitalario per cápita en pacientes externos, el gasto farmacéutico hospitalario aumentó en 2,5 euros per cápita, mientras que el resto de partidas de gasto hospitalario se redujeron en 3,6 euros, generando un ahorro neto de 1,1 euros per cápita en el gasto hospitalario total”, explica el informe.

Impacto de los antitrombóticos

Este no es el único ejemplo que avala el uso de la innovación terapéutica. Viajando hasta el Reino Unido también la Fundación Weber ha encontrado ejemplos de ahorros significativos cuando se pone la vista en el medio y largo plazo. “Otro estudio analizó el impacto de la introducción de medicamentos antitrombóticos, por parte del National Health Service británico, sobre los costes sanitarios. Según las estimaciones, aplicar un tratamiento anticoagulante a pacientes con fibrilación auricular está asociado a un ahorro neto per cápita para el sistema sanitario de 412 libras a corto plazo y 2.408 libras a lo largo de la vida del paciente, además de un ahorro para la sociedad de 94 y 1.379 libras, respectivamente”, indican.

Los ejemplos que llegan de Estados Unidos también son muchos en comparación con España, donde el propio Ministerio de Sanidad reconoce que no se ha llevado a cabo hasta ahora un trabajo de campo para comprobar y evaluar los resultados en salud. También se encuentran más allá del análisis económico porque la esperanza de vida es un elemento irradiador cuando se habla de medicamentos y salud.