La hipertensión portal constituye la complicación más importante de la enfermedad hepática crónica y se asocia con un mayor riesgo de muerte. Hoy en día, la medida del gradiente de la presión de la vena porta permite diagnosticar y clasificar a los pacientes. Sin embargo, este es un método invasivo, costoso y disponible solo en centros especializados, hecho que limita su uso rutinario en la práctica clínica.

“Necesitamos una alternativa no invasiva y fiable que permita monitorizar los pacientes”, explica Jordi Gràcia-Sancho, jefe del grupo Idibaps e investigador del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (Ciberehd).

Recientemente, el investigador y su equipo han identificado dos biomarcadores, E-caderina y Spink1, que podrían predecir la aparición y progresión de la hipertensión portal. “Hasta ahora, se entendía que la hipertensión portal era consecuencia de la alteración del endotelio hepático. Esto es, la fina capa de tejido que separa el hígado de la sangre. Pero, ¿y si no fuera así y la hipertensión por ella misma dañara los vasos sanguíneos hepáticos?”, declara Gràcia-Sancho.

A fin de evaluar esta hipótesis, los científicos emplearon un hígado-en-un-chip para cultivar y someter las células endoteliales sinusoidales que revisten los vasos sanguíneos más pequeños del hígado a un aumento de presión.

“El dispositivo simula los procesos que tienen lugar en el órgano real, tanto en condiciones normales, como patológicas. Así pues, nos permite modificar el ambiente del tejido y estudiar la respuesta de las células”, puntualizan Martí Ortega y Albert Gibert, primeros autores del estudio. Según los datos publicados en la revista JHEP Reports, la hipertensión altera la expresión de varios genes en las células e induce disfunción celular. Uno de ellos, CBX7, regula E-caderina y Spink1, dos proteínas detectables en el suero sanguíneo, que aumentan en pacientes con hipertensión portal.

Resultados

“Los resultados, validados en dos cohortes de pacientes, muestran que la determinación conjunta de E-caderina y Spink1 discrimina las personas sanas, de las que presentan hipertensión portal e hipertensión portal clínicamente significativa.

En estas últimas, la probabilidad de complicaciones y mortalidad es muy alta”, expone Gràcia-Sancho, quien asegura que el hallazgo “asienta las bases de dos de nuestros proyectos actuales”.

“Estos tienen como objetivo desarrollar un nuevo ensayo rápido que permita medir ambas proteínas en una gota de sangre y que, por lo tanto, ayude a diagnosticar y seguir a los pacientes con hipertensión portal en cualquier centro de salud”, afirma Gràcia-Sancho, y añade que, por otro lado, el trabajo demuestra que la hipertensión portal “no es solo una consecuencia, sino que también contribuye activamente a la disfunción del endotelio hepático”.

El estudio, en el cual también han participado el CNM-CSIC, el Ciberbbn, los hospitales Ramón y Cajal y Gregorio Marañón, además del Hospital Clínic Barcelona, ha recibido financiación del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).


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