M.P. Madrid | viernes, 09 de diciembre de 2016 h |

En el caso de las terapias renales sustitutivas, el orden de los factores sí altera el producto. Un estudio de la Escuela Andaluza de Salud Pública que analiza el registro de pacientes con enfermedad renal crónica en Andalucía entre 2006 y 2014, en el que han participado especialistas de la Sociedad Española de Nefrología, demuestra que si el 10 por ciento de los pacientes renales en la comunidad hubieran iniciado su tratamiento con diálisis peritoneal, en lugar de hemodiálisis, el Sistema Andaluz de Salud se habría ahorrado alrededor de 12 millones de euros en esa etapa, alrededor del 5,7 por ciento del gasto andaluz en enfermedad renal crónica.

Los autores subrayan que el orden en el que se emplean las diferentes terapias sustitutivas renales (trasplante, hemodiálisis y diálisis peritoneal) sí influye de manera significativa en la supervivencia del paciente y la eficiencia del sistema público.

Los expertos señalan que los pacientes que comienzan con diálisis peritoneal y tras varios años (de tres a cinco) pasan a hemodiálisis presentan un menor riesgo de mortalidad que los que reciben hemodiálisis desde el inicio. En la misma línea, apuntan que los candidatos a trasplante que inician diálisis permanecen menos tiempo en tratamiento cuando su primera opción es la diálisis peritoneal, frente a quienes comienzan con hemodiálisis.

Este trabajo también recoge que el inicio óptimo del tratamiento se cumple en el 53,7 por ciento de los pacientes. El comienzo por debajo de la pauta que los expertos consideran óptima supone una diferencia económica de 15,000 euros por paciente, que se gasta fundamentalmente en el primer año.

Los datos fueron presentados en la jornada sobre “Retos en el abordaje de la Enfermedad Renal Crónica”, en la que se aportaron otras cifras, como que más de 50.000 personas tienen tratamiento renal sustitutivo en España, de las que el 80 por ciento comienzan con hemodiálisis, 16,3 por ciento con diálisis peritoneal y poco más del 3,5 por ciento con trasplante renal. El gasto público de estas terapias en nuestro país asciende a 1.645 millones de euros, repartidos en 1.140 millones en hemodiálisis, 118 en diálisis peritoneal y 387 en trasplante.