CARMEN M. LÓPEZ

Madrid

| viernes, 17 de marzo de 2017 h |

Según un informe de la Oficina Presupuestaria del Congreso catorce millones de estadounidenses se quedarán sin seguro médico en 2018 por la derogación del Obamacare. La Oficina ha analizado las consecuencias económicas del plan que presentaron los congresistas republicanos, respaldado públicamente por el presidente, Donald Trump.

La propuesta inicial del ‘American Healthcare Act’ recurre a créditos contributivos y cambios en la financiación del programa Medicaid. Sin embargo, la balanza parece favorecer a la clase media y media alta.

El plan republicano incluye primas más altas o una cobertura más débil para muchos, particularmente los ancianos y las personas con ingresos más bajos. Al mismo tiempo, habría menos incentivos para que las personas sanas compren seguros.

Un cambio considerable, ya que la apuesta de los conservadores de la Cámara de Representantes para sustituir el ‘Obamacare’ tiene un modelo de créditos basado en la edad del consumidor y no en sus ingresos, a diferencia de la actual. La semana pasada varios republicanos solicitaron modificaciones en el plan propuesto por sus colegas de la Cámara Baja para aumentar las ayudas a la cobertura a los personas con bajos ingresos, que se verían fuertemente recortadas con dicha propuesta.

En cualquier caso, según el informe de la CBO, la nueva ley dejaría en 2020 a 21 millones de personas sin asistencia y en 2026 ascendería hasta los 24 millones.

En cuanto a las repercusiones económicas de la nueva propuesta legislativa, el informe destaca que tendría un impacto favorable sobre el déficit fiscal del gobierno federal que, según el informe, se reduciría en 337.000 millones de dólares durante la próxima década.

Los expertos apuntan a que ese ahorro puede ayudar a los partidarios de la nueva ley a recabar más apoyos para su aprobación entre algunos legisladores conservadores que se han mostrado escépticos ante los costes de la norma.

Además, las críticas a este informe no se han hecho esperar. El secretario de Salud y Servicios Humanos, Tom Price, señaló que el Gobierno tiene un “fuerte desacuerdo” con las estimaciones del informe acerca del número de ciudadanos que perderán cobertura sanitaria, y además alegan que los datos “no son creíbles”.

Price asegura que en este momento, con la ley actual, hay personas que tienen un seguro de salud “pero no atención sanitaria”, advirtió, en referencia al hecho de que algunas de las personas cubiertas por el Obamacare evitan acudir al médico para no tener que pagar los altos deducibles de sus pólizas.

Sin embargo, lo cierto es que los datos pueden ser un aliento para los defensores de Obama y pueden complicar las aspiraciones republicanas para sacar adelante la reforma. Y no solo a la oposición. Varios dirigentes del Partido Republicano también han criticado la medida por considerarla un “Obamacare light”. El ala derecha del partido considera que el plan es poco agresivo y amenaza con boicotear.

Y es que los líderes republicanos saben que si el proyecto fracasa, la consecuencias serán nefastas porque la derogación del Obamacare fue la primera apuesta política con la que quieren simbolizar su vuelta al poder.