J.P.R. Madrid | viernes, 24 de noviembre de 2017 h |

La Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) se trasladará a Ámsterdam, una de las ciudades candidatas mejor preparadas técnicamente. Durante todo el proceso, la mayor preocupación de los responsables y funcionarios de la EMA se basaba en la importancia de que la nueva sede quedara ubicada en una capital capacitada para realizar una ‘mudanza’ sin riesgo para los pacientes y que garantizara la continuidad de la mayoría del personal.

Ámsterdam configuraba junto a Barcelona y Milán la terna de ciudades con mayor número de posibilidades entre las 19 candidatas que se presentaron al comienzo del proceso de elección. Era una de las conclusiones del informe ‘Patient First Perspective on EMA Relocation’, elaborado por la Fundación de Ciencias del Medicamento y Productos Sanitarios (Fundamed). El documento analizaba los criterios establecidos por la Comisión Europea, los de la propia EMA y los de Fundamed que llamaba la atención sobre la necesidad de que la nueva sede pudiera cubrir las necesidades de los pacientes.

La ciudad holandesa, al igual que la española y la italiana, respondía a los principales criterios para su elección. Entre otros se basaban en el apoyo de una agencia local del medicamento fuerte, la accesibilidad con uno de los aeropuertos más importantes de Europa y la disponibilidad de una sede que le permitiera llevar a cabo las actividades de la agencia en áreas como la aprobación de fármacos, las inspecciones, la farmacovigilancia y la salud pública, como es el caso de las iniciativas contra las resistencias antimicrobianas.

Garantizar el traslado

Las encuestas internas advertían de que la mayoría del personal se trasladaría a Ámsterdam de ser finalmente elegida. Incluso una encuesta interna de la EMA, incluía a Ámsterdam entre las cinco ciudades favoritas de los funcionarios, lo que aseguraría el mantenimiento del personal a pesar del traslado. No obstante, la situación entraña riesgos, como indicó el director de la agencia, Guido Rasi. “Incluso en este caso, nuestras actividades se verán afectadas y tenemos que planificarlo ahora para evitar la creación de lagunas en el conocimiento y la experiencia”, añadió.

Ámsterdam contó con un aliado que ninguna de sus dos grandes rivales tuvieron, la suerte. Barcelona quedó eliminada después de la primera votación, marcada por el independentismo. La incertidumbre de estos días en Cataluña hizo que el trabajo de las autoridades españolas cayera en saco roto. La eliminación de la candidatura ahondó más aún en las diferencias políticas entre el Gobierno central y el de la Generalitat de Cataluña. La diplomacia europea prefirió apostar por una ciudad que garantizase una estabilidad a largo plazo, después de las complicaciones que ha provocado la salida de Reino Unido de la Unión Europea, el fenómeno conocido como Brexit.

Pero fue en la última votación donde la suerte se hizo notar con mayor fuerza. Milán había resultado ganadora en las dos primeras rondas de votaciones. En la tercera y definitiva, la ciudad italiana y la holandesa quedaron igualadas en votos. La elección debía tomarse por sorteo. La fortuna otorgó su voto de calidad a Ámsterdam.

Una mudanza de 16 meses

La capital holandesa contará ahora con 16 meses para llevar a cabo el traslado desde Londres con el objetivo de que el impacto en los pacientes sea mínimo. El 30 de marzo de 2019 deberá estar completamente operativo. Para ello contará con unas instalaciones de 27.000 metros cuadrados, capacidad suficiente para dar cobertura a los 890 empleados actuales y a los más de 36.000 visitantes que recibe cada año.

En este periodo contará con el apoyo de la agencia holandesa, Medicines Evaluation Board, agencia que cuenta con el respaldo de la industria por su fiabilidad. Aún así, después de conocer la noticia, la industria farmacéutica reclamó una mudanza con garantías para los pacientes. “La EMA es una institución esencial para asegurar el acceso de los pacientes de la Unión Europea a medicamentos cada vez más seguros, eficaces y precisos, y hacerlo además en el menor tiempo posible. Por ello es clave facilitar la continuidad del capital humano”, señaló la patronal española Farmaindustria en un comunicado de prensa.

También la asociación europea insistió en este punto. “Es vital garantizar la continuidad de las funciones críticas de la EMA, su capacidad para retener personal y acceder a redes de expertos”, manifestó Stefan Oschmann, presidente de la patronal europea EFPIA.

EL PROTAGONISTA

Las reacciones a la eliminación de Barcelona no se han hecho esperar. El Gobierno culpó al independentismo de la derrota sufrida el pasado 20 de noviembre en Bruselas. “Me atrevo a decir que este es quizá uno de los daños directos que nos ha podido llevar el independentismo a Cataluña, pero que ahora, más que nunca, todos juntos tenemos que trabajar unidos para continuar en este gran proyecto que es Europa y que es España”, señaló la ministra, después de conocer la noticia. Los ministros de Economía y de Asuntos Exteriores, Luis de Guindos y Alfonso Dastis, se manifestaron en la misma línea. Por su parte, el PDeCAT culpó al Gobierno de la decisión. “Es muy evidente que con un Govern en prisión y en el exilio, reclamarle responsabilidades me parece muy poco decente. Quien es competente quien negocia con otros Estados es el Gobierno del Estado y es evidente que la diplomacia española no lo ha hecho bien”, señalaron.