J. Ruiz-Tagle Madrid | viernes, 25 de octubre de 2019 h |

Las cifras de vacunación de la gripe son bajas en comparación con las recomendaciones de la OMS. GACETA MÉDICA habla con José María Martín Moreno sobre las causas.

Pregunta. ¿Dónde están las principales dificultades para que España esté tan lejos de los porcentajes que recomienda la OMS en vacunación contra la gripe?

Respuesta. Existe un contexto de flujo de informaciones no contrastadas ni basadas en criterios rigurosos que provoca que muchas personas, incluso profesionales, no crean en el valor de la vacunación en general y contra la gripe en particular. La única forma de corregir esto es con información, debate y exponiendo principios y criterios exentos de conflictos de intereses y siempre buscando el bien de la prevención de las enfermedades.

P. ¿Es una de las principales fallas para no avanzar en vacunación contra la gripe el hecho de que los profesionales se vacunen poco?

R. Sin duda alguna. Hay que tener coherencia. Los profesionales deben dar ejemplo pero es que además están rodeados de muchos pacientes que son grupo de riesgo.

P. Existe una diferencia entre comunidades en el uso de la trivalente o la tetravalente en la vacuna contra la gripe. ¿Crea esto problemas?

R. En general, yo soy partidario de seguir una aproximación coordinada y consensuada porque si no se establece un uso competitivo y partidista de una herramienta de salud pública que debería estar al alcance de todos. La diferencia en este tema, siendo importante, no llega a ser dramática. Evidentemente, al tener una cepa adicional se supone que tiene esa ventaja de autodefensa pero por lo demás, las cepas son las identificadas por los centros colaboradores y declaradas por la Organización Mundial de la Salud, por lo que las diferencias son menores.

P. El Ministerio acaba de publicar un borrador de Real Decreto con el objetivo de avanzar en transparencia en las decisiones de Salud Pública ¿Qué opinión le merece?

R. Yo creo que eso es sano porque a veces lo que sucede es que se sospecha que puede haber problemas y solo esa sospecha ya nos ancla en la cultura de la desconfianza. La confianza solo se puede confirmar si hay un rigor en lo que se hace y si, a su vez, no existe la posibilidad de argumentar que parte de lo que está justificando un experto esté basado en intereses espurios.