CARMEN M. LÓPEZ Madrid | viernes, 06 de abril de 2018 h |

La lucha contra las resistencias a los antibióticos se ha convertido en un tema central para los sistemas sanitarios.
Buscar herramientas que ayuden a reducir estas resistencias es una labor fundamental en la que infectólogos y microbiólogos están inmersos, sin embargo, en la actualidad se encuentran con algunas trabas burocráticas que trascienden a la esfera científica.

La especialidad de infecciosas, reconocida en la mayor parte de países europeos, y a la espera en nuestro país es una de ellas. Durante la presentación del informe de Fundamed ‘Adherencia: elemento clave en el éxito del manejo de las infecciones graves’, miembros de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), insistieron en esta idea.

Como explicó Jaime Esteban, miembro de la Seimc, y del departamento de Microbiología de la Fundación Jiménez Díaz , la necesidad de que se reconozca de manera real la especialidad de infecciosa es urgente.

Esteban asegura que desde las distintas esferas sanitarias, tanto a nivel político, local y autonómico, existe consenso en que se debe llevar a cabo. Sin embargo, no termina de fructiferar.

“La especialidad de enfermedades infecciosas no son distintas de la cardiología o de la neurología son especialidades donde el cuerpo de conocimiento ha crecido lo suficiente como para que sea necesario un especialista”, indica el experto.

A su juicio, ese especialista no es un experto orientado a manejar las infecciones primarias, ni a manejar la neumonía leve o la faringitis… “Es un especialista orientado al manejo de las infecciones graves, complejas que vemos todos los días en los hospitales”. Una afirmación que, por cierto, debería despejar las dudas del Ministerio de Sanidad respecto al alcance que los infectólogos deberían tener de su especialidad. Hay que recordar que hace unas semanas, el secretario general de Sanidad, Javier Castrodeza, afirmó a GM que no tendría sentido crear “una especialidad para el abordaje de un catarro, por ejemplo, cuando ya hay profesionales que se encargan de ello”.

Por otra parte, tanto Esteban como Juan Carlos Rodriguez, del Servicio de Microbiología del Hospital General Universitario de Alicante, insistieron en que ya existen unidades de enfermedades infecciosas que colaboran estrechamente con los servicios de medicina interna, “con lo cual no hay conflicto”.

Por otra parte, en cuanto a microbiología, Rodríguez apuntó que la troncalidad también puede afectar a esta especialidad, al reducirse la rama de laboratorio. “Actualmente, microbiología son cuatro años de formación MIR, con el nuevo modelo formativo se reducen a dos años”, indicó.

Con todo, aunque los especialistas desconocen los motivos para la no capacitación de infecciosas, creen que es un tema prioritario. Los avisos de Europa son claros, y los datos también. Como explicó Santiago Grau, farmacéutico del Servicio de Farmacia del Hospital del Mar, “en 70 años hemos conseguido eliminar las bacterias sensibles y quedarnos con las resistencias”. Así las cosas, para frenar este problema la formación es vital.