C.M.L. | miércoles, 20 de febrero de 2019 h |

Hepatólogos, infectóloos, microbiólogos, virñologos, especialistas en sanidad penitenciaria, adicciones, y atención primaria exigen al Ministerio de Sanidad una estrategia nacional de cribado que marque directrices comunes a las comunidades autónomas.

En el marco del 44 Congreso de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), su presidenta, María Buti, el coordinador de la Alianza, Javier García-Samaniego, y el futuro secretario de la AEEH, Juan Turnes, han presentado un decálogo con las políticas clave para avanzar en el objetivo de la eliminación de la hepatitis C.

Como ha recordado García-Samaniego, actualmente más de 120.000 pacientes han recibido tratamiento, con una tasa de curación del 98 por ciento. En este sentido, hay que avanzar en el diagnóstico y en el acceso de los pacientes vulnerables (pacientes con adicciones y población reclusa). Los expertos insisten en que la continuidad asistencial es clave para conseguir avanzar en el diagnóstico de la población oculta.

Para ello, definir y desarrollar estrategias de microeliminación en los focos primarios es el primer aspecto de este trabajo. Los expertos hacen referencia a los grupos de poblaciones en los que se producen la mayor parte de las nuevas infecciones por VHC: personas adictas a las drogas, hombres que mantienen sexo con hombres y mantienen conductas de riesgo, y personas inmigrantes provenientes de zonas de alta prevalencia de la infección por VHC.

Según los datos preliminares de la encuesta de seroprevalencia del Ministerio de Sanidad, se estima que en estos focos primarios, la infección se eleva notablemente.

Además, insisten también en instaurar nuevas vías asistenciales en los colectivos alejados del sistema sanitario. Hay que tener en cuenta que atención primaria es la puerta de acceso al sistema sanitario, pero muchas de las personas que conforman los focos primarios de la hepatitis C no tienen un contacto habitual con el sistema sanitario. “Es recomendable instaurar la realización de pruebas de detección rápida y descentralizada de lectura hospitalaria en esos entornos no clínicos”, apuntan en el documento. Además, María Buti ha insistido en acercar esos tratamientos a los centros de adicciones, al igual que ocurre con las terapias frente al VIH. “No es nada nuevo, otros países ya lo están haciendo”, explica Buti.

A la espera de los datos finales de la encuesta de seroprevalencia del Ministerio de Sanidad, las sociedades científicas también apuestan por avanzar en los cribados poblacionales. De hecho, han puesto el ejemplo de Cantabria, pionera en instaurar su modelo, con el cribado en personas de entre 40 y 70 años.