Juan Pablo Ramírez Madrid | viernes, 22 de diciembre de 2017 h |

Cuando se acerca el cierre de 2017 y después de apenas tres años de la puesta en marcha del Plan estratégico para el abordaje de la hepatitis C, más de 90.000 pacientes han sido ya tratados. El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud dio en junio un empujón más a esta línea estratégica un empujón más con la universalización del tratamiento. “Las comunidades autónomas se han ido incorporando y los tratamientos van a buen ritmo”, señala Javier García-Samaniego, coordinador de la Alianza para la Eliminación de las Hepatitis Víricas en España (Aehve), en una entrevista a este periódico.

Precisamente hasta la celebración de aquel Interterritorial solo dos comunidades autónomas administraban el tratamiento a todos los pacientes, independientemente del grado de fibrosis. Eran la Comunidad de Madrid y la Comunidad Valenciana. Desde aquel momento, el resto de regiones se comprometieron a seguir sus pasos. A diferentes velocidades, todas las autonomías han comenzado a administrar los medicamentos también a los pacientes F0, F1 y F2.

Implantación en las CC.AA.

Pero aún queda una asignatura pendiente, la implantación del cribado en todo el territorio nacional. “Va lento y es una demanda de los hepatólogos, de las sociedades científicas y de la Alianza instar a las administraciones públicas a hacer un cribado de las poblaciones prioritarias y un cribado poblacional”, argumenta Samaniego.

El coordinador de Aehve plantea su implantación como un reto para el año próximo. Su puesta en funcionamiento supone una pieza importante para el objetivo planteado por Aehve de eliminar esta enfermedad en 20121 en España. La meta de la Organización Mundial de la Salud le pone fecha de caducidad a las hepatitis víricas en 2030. “Empieza a haber evidencias en España que muestra que es eficaz, es coste-efectivo y es beneficioso para la población este tipo de políticas con el fin de eliminar la hepatitis C”, añade García-Samaniego.

Las comunidades autónomas han mostrado una mayor lentitud a la hora de implementar esta parte del plan. García-Samaniego advierte de los riesgos que esto conlleva. “El plan estratégico para el abordaje de la hepatitis C en el SNS tiene como fin último que España sea un territorio libre de hepatitis C, o al menos se convierta en una enfermedad marginal en cuanto a prevalencia. Para conseguir esto, necesitamos la pata del cribado. Si no lo hacemos y los pacientes no afloran podemos tener la paradoja en unos años de tener casos graves de la enfermedad”, puntualiza.

Ante esta posibilidad, el coordinador de la Alianza recomienda una rápida implantación. “Lo que no hay que hacer es esperar hasta 2020 que es cuando finaliza la prórroga del plan, para acometerlo. Hay que hacerlo antes”, destaca.

Los grupos de riesgo que deberían someterse a estos cribados ya se encuentran identificados: “Los usuarios de drogas, las personas que han recibido transfusiones antes de 1990, los hombres que tienen sexo con hombres, la población reclusa…”.

No obstante, García-Samaniego recomienda la implantación de cribados poblaciones. El rango de edad que habría que cubrir es entre los 45-50 años y los 65-70 años. “Cribado sí, sin duda, de las poblaciones prioritarias. Hay que fortalecerlo, pero tenemos que hablar también de cribado poblacional en ese rango de edades. Hay evidencia científica que demuestra que puede ser rentable desde el punto de vista de la salud”, afirma.

García-Samaniego pone de manifiesto las ventajas que este tipo de pruebas supondrían para la sociedad. “Un cribado universal tampoco resultaría tan complejo de realizar. Es una prueba serológica sencilla y que además solo se realiza una vez”, explica.

Un aliado en esta tarea podría ser el médico de atención primaria. Entre sus recomendaciones, Aehve ha destacado su papel en la lucha contra la patología.


El Consejo Interterritorial del SNS aprobó en junio la universalización del tratamiento de la hepatitis C



García-Samaniego advierte de que en unos años se pueden detectar casos graves si no se implanta el cribado